Rugby: “el Mundial no lo es todo”

El entrenador José Pellicena enfatizó que el objetivo principal del proceso no es competitivo, sino formativo

DE LOCAL. Gonzalo García, de Natación, uno de los tucumanos convocados.  DE LOCAL. Gonzalo García, de Natación, uno de los tucumanos convocados.
16 Febrero 2018

La itinerancia es una de las características actuales de los seleccionados nacionales de rugby, impregnada por esta política de federalización que viene implementando la UAR desde hace ya varios años. Así, mientras Argentina XV recibía a Chile en Ushuaia, con temperaturas apenas por encima de los cero grados, los Pumitas se cocinaban bajo el sol del carnaval en Tucumán. La lluvia del fin de semana trajo alivio a la rutina de trabajo del seleccionado juvenil durante su primera concentración del año, que se extendió desde el lunes 5 hasta ayer, cuando se cerró con un amistoso frente a Natación, el campeón del NOA. José Pellicena, entrenador junto a Ricardo Le Fort y Enrique Pichot, explicó los objetivos generales del proceso y los específicos de la concentración en la provincia, revelando además un interesante enfoque en la preparación de los jóvenes talentos.

- ¿Por qué eligieron Tucumán para la primera concentración del año?

- Por varios motivos. Nos gusta que las concentraciones no sean siempre en el mismo lugar, porque tenemos jugadores de todo el país. Además, hacía tiempo que no teníamos una concentración acá. A eso hay que sumarle que Tucumán nos ofrecía un muy buen nivel de competencia para medir a nuestros jugadores en vistas de lo que van a enfrentar en el Mundial. Por otra parte, y más allá de que estos días estuvieron más frescos, es un lugar donde hace bastante calor; eso nos viene bien para entrar el clima, ya que el Mundial se disputará en Francia en junio, con temperaturas altas. Nos han tratado muy bien.

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- ¿Es una suerte de ensayo para el Mundial entonces?

- Justamente. El Mundial Juvenil tiene la particularidad de que los partidos son uno atrás de otro. Hay muy poco tiempo de recuperación. Por eso tratamos de poner a los chicos en una situación similar, repitiendo los períodos de descanso entre partido y partido: el viernes a la noche jugamos contra Tucumán Rugby, el martes tuvimos un entrenamiento fuerte con Lawn Tennis y dos días después nos medimos con Natación y Gimnasia.

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- ¿Con cuántos chicos están trabajando hoy y en qué etapa del proceso mundialista están?

- Hoy estamos con 41, pero a Francia irán 28. Sin embargo, hay algo muy importante que se debe tener en claro: el Mundial es sólo una de las patas de este proceso. Nuestro objetivo principal es la formación y el desarrollo de los chicos. Creemos que formándolos como personas van a ser mejores jugadores, y que en ese camino de formación aparecerán instancias competitivas, como un Mundial Juvenil, un Sudamericano, una gira y demás. Esas son sólo etapas del camino, no la meta. De lo contrario, puede ser muy frustrante para los chicos. Si se enfocan sólo en llegar al Mundial, y por algún motivo no lo logran - y no necesariamente se deba a falta de aptitudes- se les termina el mundo. Y no, no debe ser así.

- ¿Y cómo se logra eso en juveniles acostumbrados en sus clubes a buscar resultados?

- A partir de ahora, el tiempo en las concentraciones lo dividimos por bloques: tenemos bloques de entrenamientos de rugby, de entrenamientos físicos, de gimnasio, de análisis de video, y también tenemos un espacio para el estudio. Es lo que llamamos bloque de desarrollo personal, o BDP. Nos reunimos en un salón grande, los chicos llevan sus libros y apuntes, y durante dos horas se dedican a estudiar. A su vez, el staff de entrenadores aportó libros para formar una biblioteca, a fin de fomentar el hábito de la lectura entre los chicos, algo que se ha perdido un poco en esta era dominada por lo digital.

- ¿Son libros de rugby?

- No, cero rugby. Son libros de temáticas muy variadas. Hay de autores argentinos y extranjeros. Hay incluso poesía, historietas, libros de orientación profesional, un poco de todo. Ese bloque quizás te implica sacrificar un entrenamiento o quitarle tiempo al análisis de video, pero ahí volvemos sobre lo mismo: nuestro objetivo no es sólo formar jugadores, sino personas. Por fortuna, los chicos se engancharon mucho con esa iniciativa.

- ¿Se está empezando a notar el trabajo de los centros de rugby?

- Si bien no tienen la especificidad de los pladares, y la edad de los chicos con los que trabajan es diferente a la de un seleccionado M20, sí creemos que el trabajo de los centros de rugby sirve mucho. Principalmente, lo que es el entrenamiento de las destrezas individuales, la unificación de criterios de entrenamientos y la formación de entrenadores. Esto último es muy importante. De nada sirve si yo agarro un jugador, lo formo, le doy herramientas, y después no puede continuar eso en su club. En lo que hace al trabajo con los jugadores, creo que recién en un par de años comenzará a repercutir en los Pumitas.

- ¿Cómo será la agenda de acá hasta el Mundial juvenil?

- Tenemos una gira de preparación en marzo, con destino todavía por definir. Después tenemos otra concentración en abril y luego viene la gira pre Mundial. A medida que transcurra ese período, se ira reduciendo el plantel. Hoy nos encontramos con un nivel muy bueno. Hemos ido armando una pequeña “selección”, pero no está nada definido aún. Igual, insisto: es verdad que la lista del Mundial es importante, pero nuestro foco principal va más allá de eso. Nuestro desafío es, cuando pase el Mundial, poder hablar con los entrenadores de los equipos mayores -Pumas, Jaguares y Argentina XV- y decirles que hay una X cantidad de chicos en condiciones de poder competir en ese nivel. Y entre ellos quizás haya jugadores que no hayan estado en el Mundial Juvenil. No es ese el parámetro. Si por mí fuera, me los llevaría a los 41 a Francia.

- ¿Creés que veremos a alguno de estos juveniles en el Mundial de Japón con Los Pumas en 2019?

- Sí. Sin dudar te lo digo. Es nuestro desafío como staff. Imaginate lo que me puede llegar a producir como entrenador que uno de estos pibes que estuvo durmiendo la siesta en Tucumán, el año que viene esté en Japón jugando un Mundial de mayores con Los Pumas. Es a lo que deberíamos apuntar todos los entrenadores que participamos de algún proceso juvenil, sea en un seleccionado o en un club: no a salir campeones, sino a formar jugadores. A darles las herramientas para perfeccionarse y, una vez desarrollados, puedan buscar objetivos competitivos. Puede sonar algo naif, pero estoy convencido de eso.

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