Un vino con historia ancestral se produce en Amaicha

“Sumak Kawsay”, que significa “Buen Vivir”, es la etiqueta que identifica la producción de la bodega de los Valles Calchaquíes.

PAISAJE ARENOSO. La bodega se construyó de forma circular como lo hacían los antepasados indígenas.  la gaceta / foto julio marengo (archivo) PAISAJE ARENOSO. La bodega se construyó de forma circular como lo hacían los antepasados indígenas. la gaceta / foto julio marengo (archivo)
18 Febrero 2018

Se convirtió en un modelo de economía solidaria, que genera empleo para 40 familias que viven en distintas localidades de los Valles Calchaquíes. La producción vitivinícola de la bodegas “Los Amaicha” es una de las 90 etiquetas que se comercializan en Tucumán.

Para el cultivo evitan los fertilizantes y los químicos que puedan dañar la tierra y además podrían modificar la composición de las uvas de altura. Las familias de la zona se dedican a la producción de las uvas malbec y criolla que se utilizan en la bodega para la elaboración de dos variedades de vino tinto.

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Los productos se comercializan mediante una única etiqueta identificada con el nombre de “Sumak Kawsay”, cuya traducción desde la lengua indígena es “Buen vivir”. La capacidad de producción de la bodega, que administra la comunidad indígena es de 50.000 litros. El año pasado, los emprendedores recibieron la “Marca Tucumán”, que otorga el Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP).

Gabriela Balderrama, una de las encargadas de las instalaciones, señaló que en la actualidad comercializan las últimas botellas de su primera producción, que consistió en un lote de 9.900 botellas con vino de uva malbec y 1.500 envases con vino de uva criolla. “La primera producción se inició en 2015 y la comercialización se puso en marcha en febrero de 2016. Estamos contentos -resaltó Balderrama-, porque en este período vendimos casi toda la producción”.

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Producción en altura

El cultivo de las uvas que utiliza la bodega “Los Amaicha” se desarrolla en un área amplia de los Valles Calchaquíes, que se extiende desde Ampimpa, pasando por Los Zazos, Amaicha del Valle, Calilla y El Paso, hasta las Ruinas de Quilmes. Es una región con una altura que oscila entre los 2.100 y los 2.500 metros sobre el nivel del mar. “Este terreno -resaltó la encargada de la bodega- nos permite tener un vino de gran calidad”. La bodega está ubicada en el kilómetro 115 de la Ruta 307, desde donde regala una vista maravillosa del Valle Calchaquí.

La construcción de la instalación se inició en 2012, luego de que los administradores aplicaran un crédito gestionado ante el Gobierno nacional. La bodega se erige sobre edificios de piedra, que los propios integrantes de la comunidad indígena seleccionaron de los cerros.

La recepción, el área de degustación, la planta de procesamiento de las uvas y la cava se construyeron con paredes de piedra y en forma circular. Según los integrantes de la comunidad, este modo de construcción coincide con la tradición de sus antepasados indígenas, que construían sus casas con paredes circulares.

Estos vinos de la comunidad Los Amaichas se comercializan sólo en las instalaciones a la vera de la ruta 307, en Amaicha del Valle. Las puertas están abiertas al público de lunes a viernes, en horario corrido de 8 a 18, y los sábados y domingos de 10 a 16.

La ruta del vino es una actividad que consiste en visitas guiadas con traslado hacia Amaicha del Valle, Colalao del Valle y alrededores. Por inscripciones, presentarse con anticipación en la Casa del Turista de Tafí del Valle.

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