La Justicia Federal indaga si la líder del Clan Toro fue víctima de secuestradores de supuestos narcos

Los familiares de Margarita Toro, según confiaron los investigadores, habrían pagado $ 500.000 para que la mujer fuese liberada.

TENSA CALMA. Casi nadie caminaba por la cuadra donde reside Magarita Toro en Villa 9 de Julio. Sí se observó presencia de varios “soldaditos”. la gaceta / foto de osvaldo ripoll TENSA CALMA. Casi nadie caminaba por la cuadra donde reside Magarita Toro en Villa 9 de Julio. Sí se observó presencia de varios “soldaditos”. la gaceta / foto de osvaldo ripoll

La Justicia Federal investiga el secuestro que sufrió una de las líderes del Clan Toro, sospechado de ser un grupo dedicado al narcomenudeo en Villa 9 de Julio. Los familiares, de acuerdo con los investigadores y según un audio (viralizado en las redes) dirigido a un acusado del hecho, habrían pagado un rescate de $ 500.000 para que la liberaran. El caso, que quedó en manos del fiscal Pablo Camuña, generó preocupación porque las autoridades temen que se produzcan sangrientas represalias. Ahora están tras los pasos de una organización que estaría vinculada a extorsionar a personas que estarían dedicadas a la venta de drogas.

El martes, cerca de las 20, Margarita Toro, de 53 años, salió de su casa en el barrio 130 Viviendas en una Amarok blanca junto con su hermana Verónica y una niña. A los pocos metros fue interceptada por un grupo de por lo menos cinco hombres armados. A los gritos la obligaron de detenerse. A empujones, bajaron a “La Vero” -como la conocen en ese sector de la capital-. Luego huyeron a toda velocidad en la camioneta de la víctima. Seis horas después, a las 2 de la madrugada del miércoles, la mujer fue encontrada en Tafí Viejo. De allí la trasladaron al hospital Centro de Salud donde comprobaron que había sido golpeada en la cabeza con las culatas de armas de fuego.

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Los Toro acusaron a los integrantes del Clan Acevedo del secuestro. Realizaron la denuncia en la seccional 10ª y en grupos armados comenzaron a buscar a los supuestos autores. El clima de máxima tensión llegó cuando trascendió que los familiares de la secuestrada avisaron que se trasladarían hasta “El Sifón” para rescatar a “La Patrona”, como ellos la llaman. En ese barrio, desde ayer, varios de los allegados a los líderes de La Inimitable, la barra brava de Atlético, los esperan armados.

Luego de haber sido atendida, la mujer declaró. Identificó a Gustavo “El Gordo” González y a su hijo Abel; a Luis “Oreja” Peralta, hermano de Walter “Pico” Peralta, referentes de “Los 30”, otro grupo sospechado de dedicarse al narcomenudeo, pero en el sur de la Capital; a un tal “Mudo Jorge”; y a un tal “Pipa” como los responsables de haberla llevado a la fuerza. Pese a que dio nombres, no habría dado muchas precisiones acerca las razones por las cuales habría sido secuestrada.

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Los móviles

En un principio se habló que el caso se había desencadenado por el robo de una moto a uno de los hijos del “Gordo” González. Pero esa versión fue perdiendo fuerza porque el rodado apareció y porque es poco probable que hayan pagado semejante suma de dinero por ese vehículo. “No tengo nada que ver con este caso”, le dijo González a LA GACETA. (Ver “Fueron ‘changos’ de El Sifón...”)

Con el correr de las horas fueron trascendiendo otras hipótesis que tendrían que ver con una pelea por el “poder” en el manejo de las tribunas del Monumental de 25 de Mayo y Chile, o por el dominio territorial para la supuesta venta de droga. (Ver “Las hipótesis”)

Otra de las teorías está ligada a la aparición de una banda que se está especializando en secuestrar a personas que estarían vinculadas al narcotráfico. “Este grupo se asegura dos cosas. Primero, dinero fácil, porque saben que sus víctimas lo tienen escondido, fuera del mercado financiero. Segundo, y esto no es menos importante, impunidad, porque ninguna víctima denunciará el hecho”, teorizó una fuente cercana a la investigación.

La pesquisa fue iniciada por el personal de la división Delitos contra las Persona y el D2 (Inteligencia) que trabajará bajo las órdenes de Camuña, supervisados por el juez federal Daniel Bejas. Pero anoche, a último momento, se confirmó que los trabajos quedaron en manos de la Policía Federal.

Al cierre de esta edición, se esperaba que se realizara una serie de medidas para dar con los autores de los hechos. Tampoco había trascendido si Margarita y su hermana Verónica habían declarado ante la Justicia.

Tampoco se conocieron los detalles de los informes de los trabajos de inteligencia que vienen realizando los investigadores en las últimas horas. Esa tarea será clave para esclarecer el hecho.

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