¿Y si algún día dejamos de dramatizar?

22 Mayo 2018

El hombre llega a la sala de conferencias y se sienta casi al borde de la silla, como quien está apurado por salir disparado. Jorge Sampaoli está concentrado en un punto ciego. Su saludo medio entrecortado ratifica la incomodidad del momento. Necesita sacarse un peso de encima. Y cuando lo hace, después de recitar cada uno de los nombres de los futbolistas que confirmó para el Mundial, su semblante se torna a color arco iris. Pasó de ser un Sampaoli principiante en un campeonato de apnea al técnico que mira de frente y responde con la naturalidad de quien conoce sobre lo que está hablando. Así, el inicio, nudo y desenlace de la conferencia del técnico, describe un poco lo que somos los argentinos: fanáticos del drama. Nos quejamos de lo que no debemos y tampoco vemos el vaso medio lleno, sino la mitad vacía. Ver a un Sampaoli tan nervioso me hizo dar un poco de envidia sobre cómo presentó Inglaterra su lista, hace unos días: a través de un video maravilloso, inclusivo, hecho por la gente, evitando momentos incómodos cuando lo que realmente importa es disfrutar de lo que viene: el Mundial.

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