Matanza de perros

El reparto de panfletos no es habitual en el microcentro de Moscú. En la mayoría de los casos se limita a alguna publicidad de los restaurantes menos glamorosos, con forma de papelito colorido y velozmente descartable. Por eso, que una chica distribuyera mensajes con otra clase de contenidos de por sí resultaba extraño. Y mucho más por su actitud. Se movía con rapidez, tratando de pasar inadvertida para los múltiples ojos que vigilan al milímetro lo que ocurre en el Mundial. Cumplir con su misión engañando al Gran Hermano era el objetivo.

El texto, en inglés (foto), sobresale con una canchita de fondo e impacta desde el título: Rusia está ahogando en sangre el Mundial. Y debajo, el hashtag #BloodyFIFA (FIFA sanguinaria). Se entiende entonces la premura de la muchacha por entregar los panfletos y desaparecer de la escena. Criticar a la FIFA en este momento equivale a criticar al Gobierno ruso, tal el nivel de simbiosis que alcanzaron Gianni Infantino y Vladimir Putin. Cualquier mancha sobre el desarrollo de la Copa es un incordio para la organización, decidida a que todo transcurra en la máxima armonía. Y se sabe, además, que las disidencias no son moneda corriente en un país gobernado con mano de hierro.

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La denuncia es contundente y dice así:

“El fútbol es una gran fiesta para algunos, pero entre otros provocó innumerables muertes. Miles de perros callejeros fueron sacrificados en Rusia durante la preparación de la Copa del Mundo”.

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“Meses antes del Mundial, el ministro Vitaly Mutko recomendó a las autoridades de las ciudades sedes que se ocuparan de los animales callejeros. Una de las ciudades, Saransk, decidió construir un refugio para tal efecto. Pero en otras se produjeron asesinatos masivos. Cualquier protesta sobre el tema fue prohibida durante el desarrollo del Mundial por el gobierno del presidente Putin”.

“El inhumano exterminio de perros se hubiese prevenido si el Parlamento hubiera abordado la ley de ‘Responsabilidad en el tratamiento de los animales’ propuesta por las organizaciones protectoras de animales hace 18 años y que empezó a tratarse en 2010. La respuesta esgrimida hasta el momento en apoyo al proyecto fue del presidente de la Cámara, Dimitri Peskov, quien espera que la ley se trate ‘en un distante futuro’”.

No hay cifras precisas acerca de la cantidad de perros que fueron sacrificados en Rusia durante los últimos meses. Lo cierto es que ni en Moscú ni en Nizhni Novgorod se ven animales callejeros, ni siquiera en los barrios más alejados del centro. Hay un antecedente que no deja de llamar la atención y enciende las alarmas, para tener una idea del alcance de esta medida. En Atenas, antes de los Juegos Olímpicos de 2004, el de los perros callejeros era un problema serio que preocupaba a los organizadores. Optaron por la más drástica de las soluciones y en cuestión de pocas semanas los mataron a todos. Se habló de alrededor de 400.000 perros, número que siempre sonó exagerado, pero que es sostenido por las sociedades protectoras griegas.

Aunque sin alcanzar los niveles de Argentina, uno de los países con mayor cantidad de mascotas por hogar, los rusos también se revelan como amantes de los perros. Son estrictos en el cuidado cada vez que los sacan a pasear. Jamás se ve libres a los perros, por más que sean llevados a plazas o a parques. Pero la de los animales abandonados por sus dueños era una cuestión espinosa, multiplicada en una ciudad como Moscú, con más de 12 millones de habitantes. Lo inimaginable era una matanza indiscriminada como la que especifica la denuncia. El texto es totalmente verosímil, porque revisando los antecedentes de la prensa salta a la vista que los vecinos de la capital pedían una solución. De repente, como por arte de magia, los perros callejeros se esfumaron. Todo indica que padecieron el peor de los finales. #BloodyFIFA no ha dado hasta el momento ninguna explicación.

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