Tres conjeturas que deberá despejar Argentina para ganar ante Croacia

Sampaoli jugó al misterio en la previa del encuentro ante los croatas, que es determinante en el futuro de la Selección.

ACTIVIDAD. Rojo, Higuaín, Agüero, Messi y Banega, durante el último ensayo. reuters ACTIVIDAD. Rojo, Higuaín, Agüero, Messi y Banega, durante el último ensayo. reuters

¿Es el momento adecuado para cambiar el esquema? ¿Estamos confiados con la línea de 3? ¿Cuántos cambios habrá respecto del partido con Islandia? ¿Messi está anímicamente entero? ¿Justo ayer tenía que estallar la noticia que lo involucra con los Panamá Papers? Demasiadas preguntas sin respuestas cuando faltan muy pocas horas para que Argentina decida qué será de su futuro en Rusia 2018. O levanta cabeza y cambia la historia, o la decepción del debut se amplifica hasta niveles insostenibles. Las presiones de este día D, al que se calculaba mucho más adelante en la recta mundialista, colocan a la Selección en la obligación de dar lo mejor de sí misma. Será lo que deba ser, o regresará antes a casa.

Antes de enfrentar a Islandia, Sampaoli bajó las cartas. Ahora juega al misterio. Es el hombre frente a sus impensadas circunstancias. Puede que el buen pie de los croatas, apuntalados por dos figuras premium como Modric y Rakitic, lo haya hecho pensar. Hasta anoche, las conjeturas eran tres:

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A) Enzo Pérez juega en lugar de Biglia, cerca de Mascherano, con Salvio y Acuña por los laterales, más el trío Messi-Pavón-Agüero arriba.

B) El que ocupa la posición que deja Biglia es Meza, con los mismos nombres de la opción A cubriendo el resto de los puestos.

C) Pavón se queda en el banco, listo para aportar su cuota de desbordes, centros y remates cruzados en el segundo tiempo, ya sea que las papas quemen o que haya que definir de contra. En ese caso, Pérez va por Biglia y arriba quedan Messi-Agüero-Meza.

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El equipo con Pérez (confirmado) y Meza propone más tránsito en el medio, piernas y prestaciones necesarias para obturar a los creadores de Croacia. Cuanto menos limpia le llegue la pelota a Mandzukic, mucho mejor. En cambio, con Pavón es más enfática la pretensión ofensiva, aprovechando su capacidad de ocupar ambas bandas para generar pequeñas sociedades con Salvio y con Acuña.

Sampaoli manejaba estas variables en aparente calma. Hasta ayer al mediodía, la participación entre los 11 del jugador de Boca era una fija. Después se encendió el anuncio: recalculando…

“Está todo bien”

La práctica matutina, en la concentración de Bronnitsy, fue todo lo distendida que pudieron captar las cámaras. Tal vez fue un mensaje de los futbolistas con forma de “aquí dentro está todo bien”. Muchas risas, muchas bromas, nada de exigencias tácticas. Después el plantel rumbeó hacia Nizhni Novgorod, a menos de 400 kilómetros de Moscú y a poco más de una hora de vuelo. Como es costumbre, el público le brindó un recibimiento cálido al grupo en esta nueva ciudad que le toca transitar. Pero no hubo reconocimiento al campo del impresionante estadio, construido para la Copa. Sólo Sampaoli y Acuña se dirigieron allí para brindar la conferencia de prensa. En cambio, los croatas sí practicaron en la cancha que albergará el partido esta noche (es a las 21 de Rusia, las 15 en Argentina).

A esta altura, con todo lo que se viene hablando desde que el arquero se convirtió en héroe nacional islandés, el planeta fútbol trata de vislumbrar qué será de Messi. Acorazado entre sus compañeros, el capitán todavía no habló en la cancha. Si algo le faltaba a la previa, después de los rumores acerca de su presunta fragilidad emocional, ayer se conocieron nuevas revelaciones que vinculan a Messi con cuentas off-shore en paraísos fiscales. Da la sensación de que alguna clase de maleficio persigue a Messi y a la Selección desde el momento en que aterrizaron en Barcelona para preparar la aventura mundialista. Pasó de todo: lesiones graves, conflictos políticos, fotos innecesarias, agite en las redes sociales. ¿Había margen para algo más? Ahí están los Panamá Papers.

El duelo con los croatas es en extremo delicado mirando la tabla del Grupo D. Mandan los balcánicos con 3 puntos, Argentina e Islandia siguen con 1 y cierra Nigeria en cero. Un empate obligaría a mirar con otros ojos el choque de mañana entre islandeses y africanos (con el ruego de una eventual igualdad para mantener balanceados los números). Una derrota… mejor no pensar en eso.

Mientras tanto, al clima lo fogonean las opiniones desde afuera. Jorge Valdano se suma al amplio coro de voces críticas que lidera Maradona y subraya que el equipo no está estructurado. Robert Jarni, destacado ex jugador croata, baja a Messi a la Tierra al comentar: “el único que pudo ganar un Mundial solo fue Maradona”.

Pieza por pieza

Los croatas son buenos, no extraordinarios. Zlatko Dalic, el técnico que echó del plantel a Kalinic (con el apoyo de los pesos pesados liderados por Modric, tampoco come vidrio), reforzará la contención con el ingreso de Badelj. El volante de Fiorentina le prestará máxima atención a todo lo que haga Messi. Esta incursión en el tablero implicará el sacrificio de un punta, Kramaric, así que Mndzukic será la referencia arriba. Habrá más libertades para que Perisic haga lo que mejor le sale en Inter: pisar el área. Los enfrentará la línea de 3: Otamendi-Mercado-Tagliafico.

¿Quién iba a decir que en Nizhni Novgorod, donde por lo general el fútbol pasa inadvertido, Argentina afrontaría semejante cita con su destino? “¡El miedo! ¡Eso es lo que nos pierde! Y los que mandan sobre nuestras vidas se aprovechan de nuestro miedo para asustarnos aún más”. Eso lo escribió Máximo Gorki, el más prestigioso de los hijos de esta ciudad, enclavada en la Rusia real y profunda que no representan los shoppings de la Plaza Roja. Aquí, en la ciudad que llevó orgullosa el nombre del escritor, la Selección está obligada a despojarse de los miedos propios y ajenos para ser ella misma.

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