La reunión en Raco, en el centro del debate en el Caso Lebbos
Guillermo Arturo Polli, ex chofer del imputado Hugo Sánchez, relató que había llevado a esa localidad al ex jefe de la Policía, el 26 de febrero de 2006, para participar en un “evento social”. El padre de la víctima cuestionó el testimonio al afirmar que ese día “se planeó el encubrimiento”.
Un relato débil, con datos inexactos, marcó ayer el debate del juicio por Paulina Lebbos. El ex chofer de Hugo Sánchez, quien era jefe de Policía en 2006, afirmó que el día de la desaparición de la joven había trasladado al funcionario hasta la localidad de Raco para participar en un “evento social”. El testigo aseguró ante el Tribunal que el ex titular de la fuerza de seguridad había sido invitado por el entonces secretario de Seguridad, Eduardo Di Lella, quien también habría estado en la reunión organizada en el conocido Club de Veraneantes.
Se trató de Guillermo Arturo Polli, de 55 años, un suboficial mayor -el grado más alto en el rango de suboficiales- que actualmente se desempeña como conductor de los móviles de la División Criminalista de la Policía. Entre 2004 y 2005 fue designado como uno de los choferes del jefe de la fuerza provincial, tras su paso por la entonces División de Toxicomanía y Narcotráfico (Ditonar).
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Polli comenzó a describir que el 26 de febrero de ese año había trasladado a Sánchez hasta el estadio “Monumental”, por pedido del propio funcionario, para presenciar el clásico tucumano Atlético-San Martín. “Estaba de guardia. El jefe Sánchez dijo que quería ver el partido. En efecto, por la tarde, nos pidió que lo traslade hasta el estadio (...) Ingresamos al estacionamiento interno, por la zona de plateas, con la camioneta Chevrolet S10 de color blanco. Como autoridad, se estilaba que entre sin pagar”, recordó.
En su relato, el chofer explicó que se había retirado luego del estadio junto con Sánchez, sus secretarios Dante Bustamante y José Díaz y otros dos agentes. A la camioneta se había subido también Di Lella. ”Hicimos un recorrido de prevención por el centro de la ciudad”, enfatizó.
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“Luego decidimos retornar por calle Junín. Freno en la esquina de Santa Fe por el semáforo en rojo y observo que se paró un auto tipo Ford Falcon, modelo viejo. En ese momento, desde el vehículo entablaron conversación con el secretario Di Lella”, rememoró el chofer, quien contó que habría dejado a Sánchez en su casa alrededor de las 21.30.
En otro pasaje de la descripción, Polli remarcó que había buscado con la camioneta de la “secretaría privada” de la Policía a Sánchez, la señora y la hija. Pasadas las 23, todos partieron hacia Raco por la ruta 9, respondiendo a la invitación a un “evento social” de Di Lella.
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Seguidamente, el conductor afirmó que había ido pocas veces a Raco y que no conocía el Club de Veraneantes. “El jefe Sánchez me volvió a preguntar cuando salíamos por la ruta si conocía el club. Le respondí que no y me expresó que siguiéramos hasta la comisaría de Raco para consultar dónde quedaba ubicado”, narró.
Polli describió que no pasaron por ningún control policial durante el ingreso a la villa veraniega y que la dependencia de la fuerza estaba ubicada a la vera de la ruta (provincial 341), aunque no conocía el camino. “Giramos sobre la ruta en ‘U’, volviendo hacia San Miguel de Tucumán, y seguí a un efectivo. Nos acompañó hasta un punto de la ruta y nos indicó que el club estaba a mano derecha”, expresó. El chofer agregó que habían seguido por un camino de tierra hasta llegar a la sede social. Allí, habrían ingresado por una tranquera y habrían estacionado a unos 200 metros del portón principal. “Había muchísimos vehículos”, remarcó.
Inconsistencias
Con el paso de la declaración de Polli, los representantes del Ministerio Público Fiscal (MPF) y la querella hicieron preguntas al testigo para obtener descripciones precisas, como el tiempo que le habría llevado el traslado, la llegada a Raco y las ubicaciones de la comisaría y del club, además de las características de la sede, entre otras, y sabiendo que la organización de esa velada había sido el argumento de defensa, tanto de Sánchez como de Di Lella, para rechazar la hipótesis de un encuentro entre las autoridades del área de seguridad de la provincia, con relación al asesinato de Paulina, ese domingo 26 de febrero.
Las miembros de la Sala III, Dante Ibáñez (presidente), Carlos Caramuti y Rafael Macoritto, también insistieron en algunas consultas para clarificar partes de la descripción del testigo.
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“Dijo que se enteró de la desaparición de Paulina por lo medios muchísimo tiempo después (...) Creo que a este hombre lo prepararon de tal forma que le hace difícil sostener una mentira. Creo que ni siquiera conoce Raco, por las referencias que ha dado”, expresó Alberto Lebbos, padre de la víctima. “También contó que llevó a Sánchez y que iba cantando con su mujer y su hija. Además, dijo que nunca escuchó al jefe de Policía dar órdenes o preguntar (sobre casos delictivos). Ha dicho que no había escuchado conversaciones dentro de la camioneta en la que transportaba al jefe”, añadió.
Lebbos reconoció que durante el proceso oral, hubo un testimonio, al menos, que reseñó que Hugo Sánchez se había bajado en la comisaría de Raco y habría sido trasladado a la casa de un familiar del ex secretario de Seguridad. “Es la verdad. El 26 de febrero comienzan las maniobras de encubrimiento. Esas maniobras se planificaron y se acordaron en la casa de Raco, donde estaban Di Lella, Sánchez y el comisario (Enrique) García. Eso está comprobado por los testimonios de los mismos policías de Raco y las constancias de novedades y registros de ingresos y egresos de la villa”, finalizó.
El Tribunal decidirá en la reanudación del juicio oral, el próximo martes 24, la situación procesal de Polli, ante un pedido del representante del Ministerio Público Fiscal, Diego López Ávila. Resolverá si incurrió en falso testimonio.