Murió "Chicha" Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo

Su vida se apagó sin poder conocer a su nieta, Clara Anahí, apropiada por la Dictadura Militar. Tenía 94 años.

ADIÓS, CHICHA. Se convirtió en un símbolo de la lucha de la búsqueda de los niños robados por la dictadura. ADIÓS, CHICHA. Se convirtió en un símbolo de la lucha de la búsqueda de los niños robados por la dictadura.
21 Agosto 2018

A los 94 años y luego de 40 buscando a su nieta, robada por la dictadura militar, murió María Isabel Chorobik de Mariani, más conocida como "Chicha", una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo.

La militante de los derechos humanos, una de las referentes en la materia e incansable luchadora por la recuperación de los nietos desaparecidos, estaba internada desde hacía diez días tras haber sufrido un ACV. La despiden hoy desde las 7.30, en calle 7 entre 47 y 48, de La Plata.

Murió Chicha Mariani, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo

Su vida cambió drásticamente el 24 de noviembre de 1976 cuando el Ejército y la Policía Bonaerense ingresaron a la casa de su hijo, Daniel, acribillaron a su novia, Diana Teruggi, y otros tres militantes. Ese día secuestraron a Clara Anahí, hija de la pareja y nieta de Chicha, y desde entonces no se sabe nada de ella.

Daniel Mariani escapó pero los genocidas lo encontraron y asesinaron en agosto de 1977. Entonces Chicha era docente de secundario, pero comenzó a buscar a su nieta.

Después de recorrer instituciones y hospitales, de golpear cuanta puerta se cruzara, Mariana se puso en contacto con mujeres en una situación similar, llegó a Madres de Plaza de Mayo en donde encontró a Alicia "Licha" de la Cuadra y juntas fundaron en noviembre de 1977 Abuelas de Plaza de Mayo.

Fue presidente de la institución, encontró a cientos de nietos y en 1989 se fue, fundó la Asociación Anahí, siempre con el objetivo de encontrar a Clara Anahí Mariani.

"Chicha" convirtió la casa de su hijo en un museo, cuya fachada continúa agujereada tal cual la dejaron lo militares en 1976, e hizo de su vivienda un lugar para las actividades que tuvieran como objetivo central encontrar a Clara Anahí.

“Tengo esperanzas de que va a aparecer, aunque yo no la vea”, dijo en una de las tantas entrevistas.


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