Un mensaje para ponerle límites al odio en las redes sociales

Lorenzetti recordó que, en la Argentina, el terrorismo y las expresiones de violencia son censurables y se sancionan penal y civilmente. “Estos debates nos ayudan a hacer una Argentina mejor”, dijo Berensztein.

EN EL PANEL. Berensztein, Lorenzetti, Manzur, Prado y Ariel Gelblung, representante para América Latina del Centro Simón Wiesenthal, escuchan a Cooper. la gaceta / fotos de antonio ferroni EN EL PANEL. Berensztein, Lorenzetti, Manzur, Prado y Ariel Gelblung, representante para América Latina del Centro Simón Wiesenthal, escuchan a Cooper. la gaceta / fotos de antonio ferroni

Un salón de conferencias colmado y un gobernador Juan Manzur exultante. “Fue una jornada que quedará en la historia de Tucumán. Esperemos que impacte en el pueblo para que nuestra sociedad sea un poquito mejor”, valoró el mandatario tucumano cuando finalizaron las ponencias del encuentro internacional “Delito de odio, discriminación e intimidación en la era de las redes sociales”, que contó con la participación del rabino Abraham Cooper, decano asociado y director de la Agenda de Acción Social Global del centro Simon Wiesenthal.

“La idea es evitar la violencia, evitar el odio, evitar toda cosa fea que no conduce a nada a la humanidad”, completó Manzur, quien ofició de anfitrión de una jornada que también contó con las exposiciones del presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti; del embajador de Estados Unidos en el país, Edward Prado, y el analista político, Sergio Berensztein.

El gobernador entró a las 9.40 a la sala 9 de Julio del hotel Sheraton, acompañado por los expositores. El salón, con capacidad para 800 espectadores, estaba colmado. La mayoría de los presentes fueron funcionarios públicos: estuvieron los ocho ministros y casi todos los secretarios de Estado. En las filas más alejadas fueron acomodándose los directores y demás funcionarios, divididos por ministerios, áreas y entes. Miembros de la Corte de Justicia provincial, líderes sindicales y autoridades de las universidades públicas también dijeron presente.

Los empleados del equipo de sonido proporcionaron transmisores para escuchar la presentación de Cooper traducida del inglés. Algunos demostraron su capacidad para el inglés y siguieron al estadounidense sin aditivos, como los ministros Juan Luis Fernández (Desarrollo Productivo) y Juan Pablo Litchmajer (Educación) y el diputado nacional Pablo Yedlin.

Nueva herramienta

Cooper inició su presentación, de casi una hora, explicando la tarea de la ONG Simon Wiesenthal en la emisión de boletines clasificando la tarea de las principales redes sociales para regular e impedir la difusión de mensajes racistas y que fomenten los crímenes de odio, en particular, fomentando asesinatos por religión, color de piel, etnia, género o preferencia sexual.

“Hace 25 años que hacemos informes sobre el uso que los extremistas hacen de los medios de comunicación. A partir del 12 de septiembre de 2001, un día después del atentado de las Torres Gemelas, comenzamos a analizar el odio digital y el terrorismo. Es impensado que cualquier medio de comunicación publique un aviso que diga que alguien odia a los gays, por ejemplo. Hasta en Estados Unidos no podrías. Sin embargo, en internet y las redes sociales mucho de esto se permite. Los últimos ataques de grupos extremistas musulmanes tuvieron detrás materiales posteados por terroristas y sus seguidores”, narró el neoyorkino.

Una a una fue exponiendo imágenes y publicaciones difundidas por el grupo terrorista Isis (siglas del Estado Islámico), empleadas para motivar matanzas contra judíos y cristianos. Así desmenuzó el envés de los discursos violentos que fomentan el odio.

“Los mensajes son preocupantes, no hace falta saber hacer bombas para perpetrar matanzas, sólo tener un cuchillo o un auto. Isis recluta así a jóvenes y fomentan el odio. Estas imágenes están en las redes sociales, en Twitter, en Instagram... las redes sociales son una herramienta más para ellos”, continuó.

Luego, Cooper expuso ejemplos argentinos, como las publicaciones de la revista ‘Clarinada’, foco del antisemitismo entre 1937 y 1945; publicaciones del partido porteño Bandera Vecinal y una imagen de Adolf Hitler con un pañuelo verde y una leyenda comparando el aborto con el holocausto, difundida por los grupos que se opusieron a la legalización del aborto. Cooper alertó sobre los peligros de banalizar los genocidios y utilizarlos para ejemplificar problemas públicos y debates políticos.

El no a los insultos

El embajador estadounidense tomó la posta de la presentación y se desenvolvió en un castellano fluido, apenas sembrado con algunas palabras en inglés. “A lo largo de mi carrera profesional trabajé como defensor oficial, como procurador y como juez. Mis amigos me decían que sólo me faltaba ser imputado”, comenzó con un chiste Prado, despertando una risa espontánea de Manzur. El rector de la Universidad Nacional de Tucumán, José García, aprovechó la distracción y se retiró, con gestos de agotamiento. “Los crímenes de odio se producen en todo el mundo y definen nuestras sociedades. Estados Unidos y Argentina tuvieron una fuerte impronta inmigratoria, albergando diferentes culturas y religiones. Pensamos que no habrá terrorismo ni crímenes de odio en nuestros países, pero no es así. Debemos prepararnos para que esto no siga pasando . No podemos permitir ataques, insultos o discriminación por raza, religión, cultura, género o preferencias sexuales”, aseguró. Finalizó con una cita al Nobel de la paz asesinado, Martin Luther King: “La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad; sólo la luz puede hacer eso. El odio no puede expulsar al odio; sólo el amor puede hacerlo”.

El analista político Berensztein deshojó los componentes de la sociedad actual, en donde las redes sociales y aplicaciones marcan el pulso de muchas relaciones sociales, desde conseguir trabajo, conocer gente, hablar, debatir o pelearse. “Bajemos esto a nuestro país. La cultura política de la oposición en nuestro país siempre fue de diferencia y no de consenso. Pensemos en el subtítulo de ‘Facundo’, la novela de Domingo Sarmiento. Todos pensamos que dice ‘Civilización o Barbarie’, pero dice ‘Civilización y Barbarie’. Venimos de Unitarios y Federales, radicales personalistas y antipersonalistas, civiles y militares... Todo antes de la grieta entre k y anti k”, continuó Berensztein. Y agregó: “debemos analizar estos procesos ampliando derechos y dando más participación. Estamos ante una transformación y estos debates nos ayudan a hacer una Argentina mejor”.

El último turno fue del presidente de la Corte Suprema de la Nación. Lorenzetti fue destacando los conceptos de los expositores anteriores, apuntados con una lapicera prestada. “Nosotros tenemos en Argentina leyes que establecen que el terrorismo y las expresiones de odio son censurables y se sancionan penal y civilmente. ¿El problema? Cómo hacemos que se cumplan las leyes”, expresó.

El magistrado expuso que la problemática con las redes sociales era encontrar el modo de regular el uso de internet, con todos sus usos indebidos: fake news, divulgación de información íntima o posteos que fomenten el odio. “Debemos regular a los que producen contenido, desarrollar algoritmos que mejoren los controles. Debemos dar capacidad a los ciudadanos para que puedan regular internet y avanzar en el derecho internacional para dotar de jurisprudencia. Aquí mismo hay una red de personas que busca trabajar sobre esto, controlar internet”, cerró el funcionario judicial.

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