Observó desde un balcón cómo asaltaban y baleaban a su esposa

El ataque se produjo en la vereda de una escuela cuando los chicos estaban de recreo.

MUCHO TEMOR. Padres de alumnos reconocieron que los motochorros actúan cuando los chicos salen de la escuela. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio MUCHO TEMOR. Padres de alumnos reconocieron que los motochorros actúan cuando los chicos salen de la escuela. la gaceta / foto de Inés Quinteros Orio

“Estaba hablando por teléfono en el balcón de casa. Observé a mi esposa y a mi hijo de 14 años cruzar la calle. La escena siguiente fue ver cómo un hombre se arrimaba a ella con un arma. Vi que le entregaba el celular y después que le disparaba y que se caía al suelo…” Marcelo, pareja de la víctima, hizo una pausa en su relato. Apenas si podía hablar. “Bajé corriendo y cuando llegué al lugar, personal de la escuela y vecinos la habían asistido. Ahí me di cuenta de que estaba bien. Pero la desesperación, la bronca y el miedo no me los quita nadie”, agregó.

El incidente se produjo el miércoles a las 15 en Pueyrredón al 900, en la vereda de la escuela Manuel Lizondo Borda. A esa hora, las docentes, por prudencia, les pedían a los alumnos que no salieran a la calle a comprar golosinas. “De la nada sentimos un griterío, un tiro y vimos a la mujer con una herida en su pierna derecha. Después llegó corriendo la pareja para ayudarla”, relató Juana de García, una de las mujeres que estuvo en el lugar donde se desencadenó el hecho.

Marcelo, por temor, no se atreve a dar su apellido. “El asaltante no es desconocido. Mi mujer piensa que es el mismo que la atacó tres veces en lo que va del año. Creo que le tiene bronca y por eso le disparó después de que le entregara el teléfono. Hasta volvió unos pasos para hacerle daño”, indicó.

Marcelo indicó que al asaltante, que es conocido en el barrio por los ataques que concretó, no le importó nada.

“A esa hora estaba todo el barrio haciendo sus tareas habituales. Buscó la víctima, la siguió un par de metros y la atacó. No le importó que en el lugar había muchos niños y docentes. Lo más grave es que cuando se escapó porque todo el mundo gritaba, arrojó el celular”, concluyó el esposo de la víctima. La mujer, que es empleada de una obra social, fue dada de alta el miércoles mismo, ya que el proyectil le atravesó la pierna sin producir lesiones graves.

Luego de este robo, los vecinos señalaron que la zona es peligrosa por la falta de policías. “Este es un establecimiento educativo que tiene tres turnos. Y es común que haya ataques a la salida. Alumnos, docentes y padres sufren del accionar de los motochorros”, explicó Felisa Brizuela.

“A la buena del Señor”

Analía Moyano agregó: “es un tema muy complicado porque ya no sabemos a quién acudir. En el turno noche hay personas que asisten a talleres. Hacen un esfuerzo enorme para asistir y vienen estos delincuentes y les quitan todo. Desde lo que hicieron, hasta el material que con tanto esfuerzo compran para poder aprender”.

“Estamos a la buena del Señor en esta cuadra. Los arrebatos son permanentes. Están esperando que la gente salga a trabajar para atacarlos. Las paradas de los colectivos son los lugares en los que más atacan. La manera en que la atacaron a esa mujer fue impresionante. Vino, logró lo que quería y lo mismo le disparó. No se puede creer lo que está pasando”, dijo Walter Jiménez, vendedor ambulante.

Denuncias LA GACETA cuenta con un canal directo para que los lectores puedan difundir los hechos de inseguridad de los que fueron víctimas. Los datos (que también pueden estar acompañados por imágenes y videos) deben ser enviados vía WhatsApp al número 381-6311910.

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