Por Edu Ruiz
19 Septiembre 2018
MISIÓN CUMPLIDA. Rodrigo Aráoz y sus padres, con el Atanasio Girardot de fondo. La familia pasó unos días en Medellín y presenció la histórica clasificación.
Hacer un viaje al exterior puede terminar convirtiéndose en un dolor de cabeza, sobre todo por el constante incremento del dólar. Pero eso no detiene a los hinchas de Atlético que fueron a todos los destinos que les tocó en la Copa Libertadores desde el año pasado. La aventura comenzó en febrero de 2017, con la recordada hazaña de Quito, cuando la moneda estadounidense cotizaba a $16. Sin embargo, la divisa fue creciendo a pasos gigantes como la historia del “Decano” y eso se sintió en los bolsillos de los fanáticos.
Fueron en total nueve los viajes que hicieron los hinchas de Atlético: dos veces visitaron Colombia, Uruguay y Bolivia; y las restantes a Ecuador, Brasil y Paraguay. Después del partido de ayer, se vendrá otro: Porto Alegre.
“Tanta variación de la moneda complica bastante. Usé ahorros que estaban destinados por ejemplo para la construcción de mi casa. La tarjeta es una aliada porque se puede pagar en seis o 12 cuotas”, explica Carlos, integrante de la Comisión del Hincha.
MEDELLÍN. Carlos, miembro de la Comisión del hincha, puso sus banderas junto al mural de Pablo Escobar en Colombia.
Atilio Berardinelli es otro de los que no se perdió ningún partido en la era continental: “¿Cómo hago para pagar los viajes? Tengo que laburar más, no queda otra. Yo tengo un local comercial y me quedo los viernes y sábados hasta las 23 agregando promociones para solventar los gastos”.
“Voy a todos lados con vos”, es la frase favorita de Rodrigo Aráoz, quien comparte su receta para que el dólar no sea un problema: “compro los pasajes siempre antes de que aumente y de contado. Eso hace que sea una opción más económica. Lo que nos complica es conseguir la plata. Yo soy sonidista y me pagan sólo cuando trabajo; cuando salgo tengo que conseguir un reemplazante y por supuesto que no cobro”.
MISIÓN CUMPLIDA. Rodrigo Aráoz y sus padres, con el Atanasio Girardot de fondo. La familia pasó unos días en Medellín y presenció la histórica clasificación.
A Esteban Bergansola ni siquiera la estafa que sufrió por parte de un gestor le impidió que acompañe al equipo tucumano. Se las ingenió para el último partido en Medellín y terminó abrazado junto a otros 3.500 hinchas que llegaron desde nuestra provincia. “Por suerte tengo un buen trabajo y también una distribuidora de varios productos. Eso me permite viajar tranquilo, económicamente hablando”, cuenta, aunque tiene otro problema: “lo más complicado de viajar es el tiempo que se pierde en el trabajo. Por lo general nos lleva una semana y tengo 28 días de vacaciones al año. El tema es que sólo siete le destino a las vacaciones con mi familia, ja”.
INSEPARABLES. Esteban Bergansola y su hermano también dijeron presente en Colombia, así como en todos los viajes que le tocó hacer a Atlético hasta ahora en su gira continental.
Seguir a Luis Miguel “Pulguita” Rodríguez requiere de una inversión importante. A los pasajes -generalmente aéreos- hay que sumarle el hospedaje, las comidas, uno que otro recorrido turístico y las entradas para los estadios, que rondan entre los U$S 20 y U$S 40, según el rival que se visita.
“Cuando saqué los pasajes para Medellín no me salió muy caro porque lo compré la misma noche del sorteo, pero cuando estábamos en Colombia el dólar pasó de 30 a 40 pesos”, recuerda Pedro Argañaras, quien revela que se dedicó a los emprendimientos para pagarse los viajes porque tener un trabajo estable no le permitiría salir todo el tiempo del país para seguir al club de sus amores.
JUNTOS. Argañaras y su hijo en Quito, antes del partido contra El Nacional.
En lo que coinciden todos los “Decanos” es que en la mayoría de los destinos a los que les tocó estar fueron recibidos de la mejor manera, salvo en Uruguay, donde tuvieron problemas con la barrabrava de Peñarol.
“No sé qué tenemos los hinchas de Atlético que le caemos bien a todo el mundo. Nos tratan muy bien y por los países que tenemos que pasar siempre hay alguien para darnos una mano”, sostiene Aráoz. Bergansola destaca que los más amables fueron los colombianos y los ecuatorianos.
No importa a cuánto se vaya el dólar. El sentimiento es más fuerte que cualquier impacto económico. El dinero puede recuperarse, pero el amor por los colores es urgente. La valija seguirá siendo cargada con la ilusión de ver a Atlético en lo más alto de América.
“Voy a todos lados con vos”, dice la clásica canción que entonan partido a partido los hinchas de Atlético y lo cumplen a rajatabla.
Ahora, le toca al equipo hacer lo mismo con la estrofa siguiente: “quiero verte campeón”. ¿Podrán Ricardo Zielinski, el “Pulguita” Rodríguez, Cristian Lucchetti y compañía darles con el gusto? El apoyo, al menos, lo tienen más que asegurado.
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