Atlético está dispuesto a escalar el Everest en Brasil

Mercier y Abero asumen la desventaja pero confían en la capacidad del equipo para lograr otra hazaña.

A REFRESCARSE. Abero y Cabral sacan agua de la conservadora. A REFRESCARSE. Abero y Cabral sacan agua de la conservadora.

Unos de esos momentos especiales que marcan el recuerdo de las hazañas concretadas, de los partidos casi ganados; de la gloria que se escapó y de aquella que se atrapó. Todo eso cae en una misma imagen, la repetida en cada viaje al exterior y con las mismas sonrisas de fe: la foto final del equipo completo en su último entrenamiento.

En el predio deportivo de Inter, Atlético acaba de terminar con la formalidad de moverse un poco antes de visitar esta noche, a las 21.45, a Gremio, en una revancha de cuartos de final que por resultado previo y el rival de turno, puede sonar un poco empinada. Gremio no será el Everest, pero puede pegar en el palo. “Tenemos que estar tranquilos. Sabemos que no será sencillo, pero esto se puede dar vuelta”, mira hacia la cámara de LG Play, Mathías Abero y deja en su voz el deseo de todo un pueblo: que el campeón defensor de la Copa Libertadores caiga rendido a los pies del “Decano”, al revés de lo que sucedió en 25 de Mayo y Chile, donde Gremio fue el ganador de la ida, con un 2-0 favorable que lo tiene a centímetros de meterse en una de las semifinales del torneo.

“Es el campeón defensor. Ese es su fuerte”, dice Juan Mercier, con cara de nada y a su vez de todo: con la mirada de un chico travieso que ha roto la porcelana japonesa de la abuela, pero que a la luz de los hechos él no ha estado cerca de la escena del crimen.

Mercier repetirá varias veces la palabra “sabemos”, quizás en otra forma de graficar cuan involucrado está Atlético en esta misión de máximo riesgo: “sabemos que vamos 2 a 0 abajo y que es importante el partido. Somos conscientes de que tenemos que salir a atacar, pero también hay una realidad: tampoco podemos quedar mal parados en defensa. Sabemos que lo tenemos que salir a buscar, eso es cierto”, le responde el ex San Lorenzo a un colega de un medio brasileño, siempre mirando a los ojos, con rostro de “yo no fui”. Las emociones, dirán, van por dentro, jamás por fuera.

En donde sí hace un reparo clave el volante central es en no descuidar la defensa y el arco de Cristian Lucchetti. “Si viene un gol de ellos, la serie estaría casi cerrada”, reconoce.

Tiene razón Mercier. Si Gremio marca un gol, el “Decano”, deberá hacer al menos tres goles para avanzar. Si el local hace dos, tendrá que marcar cuatro. Ahí, la misión se complicaría.

Pero Abero es, como el resto del grupo que integra, un soñador que supo cazar sus sueños. “Tenemos que hacer nuestro juego, no apresurarnos. Primero hay que pensar en marcar el primer gol en vez de imaginar el segundo”, uno a la vez, pide el uruguayo cuya lanza motivacional vuela a la velocidad del liderazgo que ha caracterizado al grupo en su totalidad: la humildad. “Tenemos que plantear nuestro juego en base a eso, a la confianza de que podemos hacer un gran partido y de que todo se puede lograr”.

Antes, Mercier seguía jugando al póker con sus ojos. Atento y generoso, el hombre respondió cada uno de los interrogantes de quienes lo rodearon en la improvisada conferencia de prensa en la cancha auxiliar del complejo de Inter.

La lluvia había comenzado a jugar su rol, no como el tormentón que se largó entrado el mediodía, pero sí como para inquietar al resto de la tropa que esperaba por “Pichi” para la foto de siempre, la de las hazañas. “La liga es una cosa, la Copa Libertadores es otra. Cometés errores y los pagás muy caro. Nos vamos a enfrentar a un gran rival”, repite y luego sí remarca un punto en el que Atlético tiene prohibido fallar: en la definición. Cada oportunidad vale oro: “sí”.

Curiosamente, la falta de tino fue quizás el lastre del equipo en el choque de ida, una cruz. “No. No hay ninguna cruz acá”, menciona Mercier después de comentar que entre ellos mismos hablaron mucho durante la semana, que saben lo que se juegan. “Atlético tiene la personalidad necesaria para revertir esta situación”, insiste.

Y como si fuera una acción de repliegue necesaria, del otro sector Abero deja de lado la cotización de Gremio, de que su plantilla supera los 100 millones de dólares. El lateral le resta drama al entorno, al decorado de esta previa que busca el final soñado y épico. “En la cancha somos 11 contra 11. Ahí se ven los jugadores. El partido pasado, a mi gusto, el resultado fue injusto, pero hay que seguir por este camino. La clave es aprovecharlo todo”, dice el “charrúa” y vuelve a subirse a la mejor frase que hoy tiene Atlético a mano. “Nada es imposible”.

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