Todavía le cuesta asumir todas las sensaciones que la vida le deparó en 27 años. Desde la cúspide del fútbol internacional, Roberto Maximiliano Pereyra no olvida todo lo vivido: desde aquellos tiempos cuando junto a su hermano Diego jugaba en las inferiores de UTA, hasta este presente, que lo encuentra concentrado en Arabia Saudita con la Selección, a la espera de otra edición del gran clásico de América.
En la tranquilidad del hotel donde está alojado el plantel que dirige Lionel Scaloni, el “Tucu” esperó pacientemente la comunicación telefónica que tenía pautada con LG Deportiva. “LA GACETA siempre siguió desde muy cerca mi carrera deportiva, por eso, junto a mi familia estaremos eternamente agradecido por el apoyo que me dieron. Es un orgullo inmenso representar a Tucumán a este nivel de competencia”, señaló el volante que juega en Watford, equipo que compite en la Premier League.
Frutos del esfuerzo
“Maxi” reconoce que esta nueva citación a la Selección es producto del esfuerzo que hizo durante las dos últimas temporadas en el fútbol inglés. “Cuando terminó la Copa América de 2015 me quedó la sensación de que aún tenía mucho para dar en la Selección. Por eso, a pesar de que me costó superar algunas lesiones, que me tuvieron inactivo varios meses, sabía que si tenía continuidad en el juego se podría concretar esa chance”, señaló. Y celebró que esa nueva oportunidad haya llegado en tiempos de renovación: “Dios me ayudó para que se dé en este momento, cuando se empieza planificar el futuro del seleccionado”. Y esas ansias por el retorno se notaron prontamente: el jueves, “Maxi” marcó uno de los goles del 4-0 ante el combinado de Irak.
Piden pista
Pereyra se mostró complacido por los trabajos que realizaron durante estos días en Arabia Saudita. “Es un grupo nuevo; para la mayoría de los pibes esta es una experiencia diferente. Hay material humano como para entusiasmarse con miras al futuro. Sólo hay que darles posibilidades para que lo puedan demostrar”, expresó.
El tucumano no figura entre los que realizan por primera vez la experiencia de jugar con la “Albiceleste”: en 2011 integró el plantel que jugó el Mundial Sub 20 (Colombia). Con la mayor suma 11 partidos y marcó un gol.
Al referirse al amistoso ante la selección de Brasil, “Maxi” ni siquiera intenta disimular su emoción. “No es un partido más. Todo jugador argentino quiere jugar al menos una vez en su vida. Estos amistosos tienen mucha importancia. Siempre se lo quiere ganar. El triunfo del jueves nos hace llegar a este cruce revitalizados anímicamente, y con ganas de demostrarle al técnico que estamos en condiciones de vestir esta camiseta con tanta historia”, manifestó.
Antes de colgar, “Maxi” pide permiso. Quiere mandar saludos a sus padres, Leo y Rosa, y a sus hermanos. Ellos estarán atentos en su barrio a que el ídolo de la casa tenga al menos una chance de jugar ante tan calificado adversario.