Emotiva despedida para el tres cuartos de Lawn Tennis

Gracias por la magia, “Araña”.

ÚLTIMA FUNCIÓN. “Me llevo muchos recuerdos. Si tengo que elegir un try es el primero, que se lo hice a Los Tarcos. Y entre finales me quedo con la de 2008, porque cortamos 26 años de sequía”, sostiene. foto de Sergio herrera ÚLTIMA FUNCIÓN. “Me llevo muchos recuerdos. Si tengo que elegir un try es el primero, que se lo hice a Los Tarcos. Y entre finales me quedo con la de 2008, porque cortamos 26 años de sequía”, sostiene. foto de Sergio herrera

Había algo distinto en la forma en la que Nicolás Cipulli embolsaba las pelotas que llegaban desde lo alto hacia el fondo de la cancha, donde él custodiaba como último hombre. Sus manos esperaban el óvalo enteramente desplegadas y rígidas como dos arañas mecánicas, y una vez que lo atenazaban con firmeza, era el turno de las piernas de iniciar la fase de ataque. A la “Araña” era muy fácil comprarle un amague, porque los hacía en una baldosa o lanzado en velocidad con la misma facilidad. Los rivales que dejó sentados en el césped con un súbito cambio de paso se cuentan por montones. Y ese mismo respeto que se labró dentro de la cancha, se reflejó fuera de ella. Por eso se merecía una despedida a la altura de los grandes, como la que tuvo: cruzando un pasillo de aplausos formado por compañeros, rivales y amigos.

“Fue un día muy emocionante”, admite “Araña”, que ya venía hace tiempo meditando la decisión de calzarse los botines por última vez. Los primeros en saberlo fueron su mujer, Paula Domínguez, y su pequeño hijo Nicolás. “Jugar siempre fue mi cable a tierra, pero la familia, el trabajo y demás cosas de la vida te van demandando tiempo y la preparación ya no es la misma. Ya son muchos años y entendí que era un buen momento para dar un paso al costado”, asegura el wing-fullback de Lawn Tennis. Claro que entre pensarlo y hacerlo siempre hay un puente bastante angosto. Finalmente, supo que su último partido con la camiseta de los “Benjamines” sería en el choque de intermedia contra Huirapuca, el domingo. “Durante la semana previa caí que se trataba de mi último partido. Recibí muchos mensajes durante esos días. Y entrar al vestuario fue una mezcla de sensaciones, por tantos partidos y tantas cosas que viví ahí. Me despedí de mis compañeros antes de salir a jugar. Fue un momento muy lindo. Al final empatamos, pero el resultado es anecdótico. Simplemente traté de disfrutar al maximo cada minuto, sabiendo que eran los últimos”, describe Cipulli su última función.

Huella

La “Araña” -porque en Lawn Tennis casi nadie lo llama por su nombre de pila- es uno de los símbolos de una época dorada para el club del parque. Y entre quienes manifiestan su admiración por él está el propio Nicolás Sánchez, nuevo goleador histórico de Los Pumas. “No me sorprende para nada. Somos amigos y siempre fue así de sencillo. Es uno de los mejores ‘10’ del mundo, pero tiene la humildad de los grandes. Siempre dispuesto a dar una mano en el club”, elogia a su amigo, presente en su despedida.

Como todo jugador que le pone fin a una larga trayectoria -tiene 33 años y juega desde los cinco-, Nicolás tiene por delante el desafío de llenar el vacío que le dejará la falta de entrenamientos, partidos y viajes. “A corto plazo no sé todavía qué haré. Por ahora mi idea es descansar un poco, dedicarle más tiempo a mi familia y a mis amigos, pero siempre ligado al club. Quizás más adelante me sume para entrenar infantiles o juveniles, eso me interesa. ¿Dirigir en Primera? Demasiado pronto para pensar en eso, aunque por las dudas volvé a preguntarme en algunos años, je”, deja abierta la puerta.

Por ahora, este sábado tiene una misión como hincha: alentar a la Primera, que se juega la clasificación a playoffs contra Natación: “en los últimos dos partidos levantamos bastante. Hay mucha fe, porque todos sabemos lo que es Lawn Tennis con la soga al cuello, así que los chicos van a salir a dejar todo”.

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