La historia de los tíos que confesaron el crimen de Sheila

Leonela Ayala y Fabián González fueron detenidos por la muerte de la niña de 10 años.

La historia de los tíos que confesaron el crimen de Sheila
19 Octubre 2018

Sheila Ayala vivía en el complejo habitacional "El Campo" del barrio Trujuy en San Miguel. Un predio usurpado de casas precarias donde también vivían sus tíos paternos Leonela Abigal Ayala y Fabián Ezequiel González Rojas, quienes confesaron haberla matado tras un exceso de drogas y bebida.

Según el reporte preliminar de los peritos de Policía Científica, el cadáver indicaba una descomposición compatible con una muerte ocurrida de tres a cinco días, un proceso que podría haberse acelerado por el reciente calor. Tenía marcas en el cuello: habría sido estrangulada con una sábana blanca con dibujos infantiles.

El cadáver estaba desnudo.

La historia

Fabián -oriundo de Paraguay, apodado Cachi- y Leonela se instalaron en "El Campo" seis años atrás.

Infobae brinda un detallado perfil de los asesinos, en una nota escrita por Federico Fahsbender.

Según el artículo, Fabio es un albañil devoto de la Virgen de Caacupé con un antecedente por robo en banda y a mano armada en el Juzgado de Garantías N°2 de San Martín; ella es beneficiaria de planes familiares, una Asignación Universal y un Programa Hogar del ANSES para solventar una garrafa. Tienen tres hijos en común: una niña de 9, otra de 7, un varón de un año y cuatro meses. Leonela, hermana de Juan Carlos, el padre de la menor asesinada, está embarazada, a poco más de un mes del parto.

Sheila tenía cierta cercanía con sus tíos: celebró el cumpleaños de su primo bebe en mayo pasado, había una torta de banana con dulce de leche.

La historia de los tíos que confesaron el crimen de Sheila

La tía, irónicamente, encabezó la búsqueda de la menor y fue de las primeras que alertó la situación. El domingo, cerca de las 19, informó en su página de Facebook que Sheila estaba desaparecida desde hacía unas horas. Repitió el pedido ante los medios de comunicación. "No entiendo por qué ella se podría escapar, si no le faltaba nada", dijo frente a una cámara. Luego apuntó a la madre de la nena: "Nosotros creemos que hay una deuda de droga y por eso la secuestraron", lanzó

Leonela también hacía campaña en Facebook: "Que aparezca mi sobrina Sheila Ayala, aparecé, te estamos buscando, desapareció ayer (por el domingo), si alguien la vio por favor comunicarse a estos números", publicó en un posteo el lunes pasado. Hoy, su muro está minados de insultos. "Asesina, hija de puta", la llaman. Fabián González recibe los mismos calificativos en sus redes.

El repentino giro desconcertó a los vecinos, algunos definen a la pareja como "laburadora". "Por mi familia hermosa voy a luchar para salir adelante", solía decir Fabián en sus redes. Desde el entorno de los Ayala afirmaron que Leonela se mantuvo siempre expectante y optimista durante la búsqueda: "Ayer estuvimos con ella y nos dijo que estaba esperanzada con que aparezca. Estamos shockeados", dijeron a Infobae los padrinos del hermano menor de Sheila.

Las dudas recaían sobre Fabián. "Se pasa todos los fines de semana drogado", comentaron los vecinos que deslizaron que a veces maltrataba a su esposa.

Otros en la familia Ayala tampoco tienen una explicación. Gladys, abuela paterna de la menor asesinada, dice: "Yo no sé qué pasó, no sé si Fabián y Leonela eran borrachos, violentos, drogadictos, yo mucho no los trataba. A Leonela la vi pocas veces, una vez que vino a festejar el cumpleaños de mi nieta. Cada uno tiene su hogar, yo con ellos no me meto, vivo en San Miguel pero no iba a para Trujuy. Lo que sí te voy a decir es que mi hijo era un padrazo para la nena."

De acuerdo a un testimonio recibido por el fiscal Gustavo Carracedo, una persona de sexo femenino se habría asomado por el portón de ingreso al predio y la habría llamado a la menor: "Sheila, vení, soy la tía".

En el departamento del segundo piso donde vivía la pareja, cuyo galpón está a seis metros del túnel donde apareció el cadáver se encontraron gran cantidad de moscas sobre un colchón así como cintas y bolsas compatibles con las encontradas para envolver el cuerpo. La Bonaerense había incluido la casa en su lista de registro en la tarde de ayer. 

"Tocamos y nadie atendía, o se callaron. Al no tener orden judicial no podíamos tirar abajo la puerta", afirma una voz en la investigación.

Tras su detención, Leonela y Fabián deberán reiterar su confesión espontánea ante la Justicia para que tenga validez en el expediente. Una posible hipótesis de abuso sexual, por lo pronto, está fuera del mapa. Fuentes oficiales hablan de signos compatibles con una violación pero no se atreven aún a afirmarla.

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