El “como sea” se hizo sentir en Atlético

El "decano" no jugó bien, pero sacó lo que hay que sacar y le sopló el triunfo a Central: 2-1.

ES MÍA. Aliendro, que fue de menos a más, se impone a Zampedri, el ex goleador “decano” que pidió disculpas a la hinchada después de marcar el 1-0 parcial para Rosario Central. El “Tanque” se fue aplaudido. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ ES MÍA. Aliendro, que fue de menos a más, se impone a Zampedri, el ex goleador “decano” que pidió disculpas a la hinchada después de marcar el 1-0 parcial para Rosario Central. El “Tanque” se fue aplaudido. la gaceta / foto de DIEGO ARAOZ

Un poco en broma, un poco en serio, “Alvarito” se siente con la capacidad de ver más allá de lo evidente y se anima a opinar sobre el futuro. “Gana Atlético”, avisa. Bien, acertó. “Y gana 3-1”. Mmmm. En el resultado, estuvo tan cerca de acertarle al pleno como que pifiarle por bastante. La suerte, aunque se diga que no juega, anoche fue un sostén para el “Decano”.

Y para el aventurado y preciso presagio de “Alvarito” (raro, pero el segundo club más goleador del campeonato con 20 gritos), Atlético pasó las de Caín ante un Rosario Central que no gana hace ocho juegos en el torneo y que recibió goles en cada una de sus presentaciones en la Superliga.

Lo curioso de este 2-1 fue ver a un “Decano” débil por arriba. Atlético fue la versión económica de un avión caza fabricado en madera balsa. Poco confiable, porque el viento y los cabezazos de Central, en especial los de Fernando Zampedri, estuvieron cerca de burlar en más de una ocasión al indefenso Cristian Lucchetti, el “Laucha” que dejó una pelota larga en el primer tiempo -ante un largo remate de Federico Carrizo, y Zampedri cambió por gol-. El 1-0 parcial de la visita desnudaba la noche atípica del “Decano”: empezó en modo depredador, buscando destruir todo a su paso y casi que terminó en modo bebé, tomando sopa y rezando por no caer en desgracia.

Todo lo malo que hizo Atlético en defensa fue un lastre de lo bueno que pudo hacer arriba, con un Mauro Matos siempre solidario, exponiendo alma y cuerpo, además del 1-1 parcial, tras esa deliciosa asistencia del señor gol de 25 de Mayo y Chile, Luis Miguel, el Rodríguez del gol y del 2-1 final. Matos fue el obrero del gol y “Pulguita”, el artesano del gol, con ese misil que despintó el parante izquierdo de Jeremías Ledesma, que jamás pudo tomar contacto visual con el remate del simoqueño. Atlético es escolta nuevamente de Racing en la Superliga. Ya logró embolsar 22 puntos en apenas 11 partidos jugados. Una maravilla. Eso es quizás lo más cercano al deseo de este plantel de ganar seguido para así mirar al resto desde arriba y dejar de pensar en el fuego del descenso. La puerta hacia el cielo de los torneos internacionales, además de consolidar a la institución en la A, desvela al grupo. Bien por eso.

Pero volviendo al juego, Ricardo Zielinski se fue masticando bronca. Al “Ruso” le gusta el orden y Atlético, en tomas salteadas, fue desorden. Al “Ruso” le gusta manejar la pelota, pero su “Decano” se empeñó en regalársela a Central todo el complemento. Eso fue quizás lo que más embroncó al técnico, que la esencia de su Atlético no haya marcado tarjeta como acostumbra. Lo bueno es que se ganó y cuando se gana, lo que diga el “diario del lunes” servirá para mejorar los aspectos en los que el equipo no tambaleó. Punto.

Zafó tres veces Atlético, pasado ya el cuarto de hora del segundo tiempo. Tuvo suerte, sí. Pero también inteligencia para, después acorralar de nervios al “Canalla”. Por eso vio la roja Ortigoza...

Y por acciones como esas, en las que hace desesperar al enemigo, Atlético demostró que aún siendo una versión B del gran Atlético que está segundo en la Superliga, demostró que le sobran recursos. Incluso para empacharse con sopa.

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