El “Rojo” y un duro camino hacia la cima

Luego de un comienzo de año difícil en el Nacional de Clubes, Los Tarcos fue de menor a mayor en el Regional y descorchó en un final inolvidable.

RITMO TOTAL. Franco Alves Rojano eleva la Copa de Oro “Club LA GACETA” junto a sus compañeros. Una postal para el recuerdo. la gaceta / foto de juan pablo sánchez noli RITMO TOTAL. Franco Alves Rojano eleva la Copa de Oro “Club LA GACETA” junto a sus compañeros. Una postal para el recuerdo. la gaceta / foto de juan pablo sánchez noli

La final del Regional “Fredy Narese” bien puede servir como una maqueta a escala o como una crónica resumida de lo que fue la temporada 2018 para Los Tarcos. Tan turbulentos como esos primeros 22 minutos en los que el “Verdinegro” se puso en ventaja 13-0 fueron los comienzos de año para los del ex aeropuerto. Con el fresco recuerdo del mal trago que fue el Nacional de Clubes A 2017, llegaron al de este año rebalsando sed de revancha, pero volvieron a chocar contra la cada vez más gruesa pared que separa el nivel de los equipos de Buenos Aires de los del Interior. En un grupo compartido con Pucará, Newman y La Tablada, finalizó cuarto con un triunfo, un empate y cuatro derrotas. La lucha en las llaves por la conservación de las plazas del NOA los cruzó por primera vez con Tucumán Rugby, duelo que quedó para los de Yerba Buena. Finalmente, lograron escapar de la “final” derrotando en una épica batalla a La Tablada (41-40).

El regreso del Anual tucumano tras 20 años de ausencia lo tuvo entre sus protagonistas, pero la derrota a manos de Cardenales en la última fecha de la fase clasificatoria lo privó de enfrentarse en una final con Universitario. Fue Tucumán Rugby justamente el que accedió a la definición y se llevó la copa.

Ya con el arranque del Regional comenzó otra historia para los “Rojos”. En su sólido arranque incluyeron uno de los dos clásicos que le ganarían a Universitario.

Sin complicaciones para clasificarse al Súper 10, el “Rojo” daba la impresión de ir creciendo paulatinamente en su rugby, asimilando las novedades de su plan de juego y ganando sintonía colectiva. Tras un comienzo algo dubitativo, con dos derrotas en los primeros tres partidos del decagonal, Los Tarcos tuvo un paso casi imparable: cosechó siete victorias en sus últimos ocho partidos, entre ellas dos sobre el campeón Natación (la segunda en una semifinal intensísima y bajo un calor agobiante) y otra vez sobre Universitario, esta vez en Ojo de Agua. Su única mancha fue el 35-19 que sufrió ante Tucumán Rugby en Yerba Buena.

Esa mala noche le enseñó lo que necesitaba para vencerlo en la final. Como en ese angustiante y clave triunfo sobre Old Lions en el Súper 10, Los Tarcos sacó a relucir esa famosa entrega absoluta en el partido más importante del año. Fue el cierre perfecto para olvidar el pasado y mirar hacia el futuro con otro semblante.

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