En 2019 puede hacer más historia

Jorge Lorenzo, récord al ganar con dos marcas diferentes, irá por una nueva marca cuando en 2019 corra para Honda, escuadra del siete veces campeón Marc Márquez. ¿Habrá hazaña?

PRECISO. A diferencia de otros pilotos de la máxima categoría del motociclismo, Lorenzo, tres veces campeón de MotoGP, no toma riesgos extremos en la pista. Eso es lo que lo hace altamente efectivo. PRECISO. A diferencia de otros pilotos de la máxima categoría del motociclismo, Lorenzo, tres veces campeón de MotoGP, no toma riesgos extremos en la pista. Eso es lo que lo hace altamente efectivo.
17 Noviembre 2018

En la sexta fecha de la temporada de MotoGP que ya se está terminando, Jorge Lorenzo agrandó una lista que continúa siendo muy selecta. El español se convirtió en el sexto hombre en lograr triunfos en la máxima categoría del motociclismo mundial con dos marcas diferentes: Yamaha y Ducati. Puede pasar como algo inadvertido para quienes no forman parte del mundo del deporte motor, pero... No sólo en el motociclismo se encienden las alarmas cuando alguien está cerca o llega a sumarse al grupo de los que ganan con fabricantes diferentes. Los mismo sucede en aquellas disciplinas que están acompañados por algún medio de locomoción.

Entonces, ¿qué hace la diferencia? ¿Piloto o máquina? Con ello vale también otro cuestionamiento: Marc Márquez, que en 2018 ganó su séptimo título mundial, y que siempre en MotoGP (NdR.: en 125c.c y Moto2 compitió con tres marcas y ganó con dos) corrió con Honda ¿podría ganar con otra marca en la máxima categoría? Difícil de saberlo.

Pero ya con el título de la presente temporada definido a su favor, vale hacer el ejercicio de pensar en 2019. Lorenzo será su compañero en el equipo japonés. Por su personalidad y proceder, no sólo se autodesafía sobre la moto, también debajo de ella. Formar parte de la historia grande de la era MotoGP (comenzó en 2002) parece que le gusta a Lorenzo, y mucho, porque el próximo año, con Honda, podría sumarse a otro lote, más selecto todavía: el de tres pilotos que ganaron con tres marcas distintas en la elite del motociclismo mundial.

La puesta a punto puede hacer la diferencia

En el Turismo Nacional Clase 2, Maximiliano Bestani comenzó la temporada 2018 con una marca y modelo de auto, pero con la idea de cambiar todo casi a mitad del campeonato. Sin embargo, el cambio no se hizo por el buen rendimiento que tuvo el Renault Clio en aquel momento. “Mi pensamiento es que mucho tiene que ver el auto”, reconoció “Maxi”, que por estos días analiza si terminará el año piloteando un Nissan March. “En esta categoría corrí con dos marcas. No gané con ninguna y los mejores resultados los tuve con Renault”, contó Bestani, que puso un ejemplo para dimensionar la importancia de una buena máquina.

“En la categoría de Lorenzo, los pilotos tienen prácticamente el mismo nivel, por eso es que la marca y también la puesta a punto que logra el equipo pueden llegar a hacer la diferencia. Si voy a una carrera y el auto ‘no anda’ no es porque yo me olvidé de manejar. Capaz que ese día me puedo subir al auto del primero y también estoy primero”, reflexionó Bestani.

El diálogo es fundamental

Ramiro Mendilarzhu compite en el Campeonato Argentino de Velocidad. Con un desarrollo tecnológico mucho menor, la divisional de motos más importante del país es la que más se asemeja a MotoGP. Así que Mendilarzhu es de los más autorizados por estas latitudes para diagnosticar lo hecho por el español Jorge Lorenzo. “Es muy meritorio, ya que la mayor parte la hace el piloto”, destaca. “Él se adaptó a la moto y con las charlas con los mecánicos corrigieron y pudieron darle lo que él necesitaba”, explica el piloto de Súper Bike.

Mendilarzhu utilizó las cuatro marcas japonesas, Kawasaki, Suzuki, Honda y Yamaha. “Son todas buenas y hay mínimas diferencias. Es cuestión de acostumbrarse. Incluso, se puede tener dos motos iguales y sentirse mejor en una que en otra.” Las diferencias que puede establecer una marca, según Mendilarzhu, son pocas. El diálogo es clave para ganar, asegura. “Influye mucho el equipo con el que se trabaja. Ellos son los que tienen que entender lo que siente el piloto y corregir lo que no está bien, acorde a lo que el corredor les cuenta”, confía.

Paridad en la actividad conductiva

Para Matías Giampietri, la máquina hace la diferencia. Pero, atención, el endurista hace una diferenciación basada en el nivel amateur y en el profesional. “En un deporte amateur como el nuestro, diría que influye más la capacidad del piloto que la moto en sí. En el nivel mundial, en cambio, diría que los pilotos están muy parejos en habilidad conductiva, entonces, un vehículo sí hace la diferencia”, analizó el ganador del último Transmontaña de enduro junto con Matías Giusta. “Al nivel de MotoGP, es mérito de Lorenzo. Si los pilotos no tienen la capacidad y sensibilidad de determinar cómo poner a punto ese vehículo que hace la diferencia, es difícil que les vaya bien”, opinó Giampietri.

“Entonces, que Lorenzo se haya podido adaptar a dos marcas y haya podido ganar, es mérito suyo. Tuvo la capacidad para amoldarse a las motos, detectar qué falencias tuvieron y disminuyó las complicaciones”, reflexionó.

Sólo les atrae a los campeones

“Es típico de los grandes campeones”, aseguró Álvaro Argiró. Además de ser uno de los mejores ciclistas de ruta que tuvo Tucumán (entre sus triunfos está la Vuelta de Mendoza 2010) es seguidor de MotoGP. “Lorenzo tiene la victoria entre cejas. Y no deja que una adversidad, como puede ser un cambio de marca, interfiera en sus objetivos”, analizó Argiró. En el caso del ciclismo, cambiar de marcas es habitual. “En ocasiones, tenemos una bicicleta personal y otra que nos otorga el equipo en el que competimos. Hay veces que el mismo equipo cambia de marca de un año para otro”, comentó.

Argiró pudo ganar con todas las marcas que utilizó y considera que hay una sociedad, pero dominada por el piloto. “Un vehículo hace la diferencia, pero no quiere decir que porque monte una moto mejor que otra lo hará ganador de un campeonato”, opinó el ciclista que también es aficionado a la F-1. “En 1991, en el GP de Interlagos, Ayrton Senna, que no había podido ganarla ni una vez, ya puntero de la carrera estuvo a punto de perderla porque en las últimas vueltas, sólo operaba la primera, segunda y sexta marcha. De todas maneras, la ganó. Es ahí donde la clase del piloto aflora. Es importante el vehículo, pero el deportista que va sobre el vehículo, lo es aún más”, remarcó Argiró.

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