Agudizarán los controles por la reunión del G20

Ratifican que los agitadores serán penalizados.

22 Noviembre 2018

La Argentina prometió ayer perseguir a anarquistas y manifestantes anticapitalistas que intenten interrumpir la reunión del G-20 que se realizará la semana próxima en Buenos Aires, afirmando que trabaja con gobiernos extranjeros para identificar y bloquear la entrada de potenciales agitadores.

El Gobierno argentino, que enfrenta protestas casi diarias y a veces violentas a causa del ajuste que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri, no quiere que se repita el caos que ensombreció la cumbre de líderes de países industrializados y en desarrollo que se realizó el año pasado en Hamburgo, Alemania, cuando manifestantes incendiaron autos y bloquearon calles y puentes.

La cumbre del G-20 se realizará este año en Buenos Aires, del 30 de noviembre al 1 de diciembre. Grupos locales de izquierda planean marchas contra la reunión y ya han invitado a activistas de todo el mundo a unirse. Pero ni los grupos ni el gobierno dicen que tolerarán la violencia. “No vamos a permitir acciones violentas y aquellos que quieran pasar la raya van a tener que atenerse a las consecuencias penales de esas conductas”, dijo a la prensa la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

El evento estará protegido por 22.000 policías y 700 agentes del Ministerio de Seguridad. Bullrich agregó que el gobierno ha contactado a varios servicios de seguridad extranjeros, incluidos los de Estados Unidos, Gran Bretaña, Brasil, Italia y España, entre otros, y que las personas que enfrentan cargos no podrán ingresar al país.

Fuentes familiarizadas con las evaluaciones del Gobierno de Estados Unidos dijeron que Washington no estaba al tanto de ninguna amenaza seria de ataques o interrupciones de la reunión del G-20. Y reconocieron que la relativa lejanía de la Argentina podría disuadir a algunos manifestantes de viajar hasta aquí.

Al preguntarle si algún miembro de grupos internacionales con ideologías de tendencia violenta había intentado ingresar a la Argentina, Hernán Lombardi, coordinador técnico de la reunión, dijo: “hasta ahora no ha habido señales de eso”.

Generalmente, diciembre es un mes en que las protestas por problemas económicos se agravan, lo que podría ser un factor adicional para la seguridad del encuentro.

Las autoridades cerrarán un área de 12 kilómetros cuadrados alrededor del centro de convenciones “Costa Salguero”, donde se realizará la cumbre. Gran parte de la ciudad y su sistema de transporte estarán vedados y el tráfico en el Río de la Plata, la principal vía de carga de Argentina, será suspendido.

Lombardi, sin embargo, desmintió ayer que vayan a ser interrumpidas las comunicaciones por celulares. “Muy por el contrario, el Enacom está trabajando fuertemente para evitar las interferencias en las comunicaciones nacionales e internacionales”, especificó el funcionario.

Lombardi añadió que el G20 es una gran oportunidad para la Argentina y contó que en el Gobierno piensan que estos foros de debate sobre políticas globales no son para los dirigentes sino que mejorarán la vida de los ciudadanos”. Sin embargo, aclaró que otros piensan distinto y, por esa razón, “habrá fuertes restricciones para circular en determinadas zonas de la ciudad”. (Reuters-Télam)

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