“Sin subsidios, el servicio no se sostiene; nadie lo podría pagar”

Así lo aseguró el vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat).

25 Noviembre 2018

¿Se puede sostener la actividad sin subsidios?, le consultó este diario a Jorge Berreta, vicepresidente de la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat). “Es imposible, imposible. Sin subsidios el servicio no se sostiene. El miércoles estaremos reunidos con el ministro de Economía (Eduardo Garvich) para analizar esto. Es imposible porque se cae el sistema: nadie podría pagar una tarifa técnica que ronde los cuarenta y pico de pesos. Es imposible pagarla. Será como en 2001, cuando cerraban las empresas”, respondió.

Los subsidios se instauraron en el país durante la presidencia interina de Eduardo Duhalde (2002-2003), mediante el decreto 652/2002, que ratificó el “Convenio de Estabilidad de Suministro del Gasoil suscripto entre el Estado Nacional y las empresas productoras y refinadoras de hidrocarburos”. Uno de los aportes es el Sistema Integrado de Transporte Automotor (Sistau). Los fondos surgen de un impuesto de un porcentaje sobre el litro de combustible vendido en las estaciones de servicio. El segundo ítem es Compensación Complementaria Provincial (CCP), que surge del Tesoro de la Nación. Las empresas que explotan las 70 líneas de colectivos de la provincia (14 urbanas en la capital y 56 interurbanas) reciben mensualmente, en promedio, alrededor de $ 200 millones en subsidios nacionales. Desde este año, se suman unos $ 20 millones mensuales de la provincia por la ley de emergencia del sector.

¿Cómo era antes de que se instauren los subsidios en 2002? Berreta aseguró que entonces la actividad se sostenía por la recaudación. “Cuando no había subsidio el boleto tenía un valor que rondaba el promedio del precio de un café, de un lustre de zapatos y de un diario. Son tres ítems que aplicaban los viejos transportistas. Un diario los días de semana sale $ 36, un café en cualquier lado sale $45 y una lustrada igual. Lo que es similar al precio internacional, que ronda un dólar”, respondió el vicepresidente de Aetat. Agregó que en el último mes se registró una caída del 8% en la venta de los boletos regulares (descartando las tarifas diferenciadas por abonos o por el boleto educativo).

“El objetivo del subsidio es incentivar al ciudadano a que use el transporte público, a un precio que todos puedan pagar. La mayoría de los colectivos de la capital, con los avances de tecnología, tienen motores que funcionan con diesel Euro 5: un colectivo produce menos emisiones de gases que un auto. Por lo tanto cuidan más el medioambiente”, sostuvo. Y agregó: “Europa hace 55 años que subsidia el transporte para apostar por el transporte público. El transporte es una responsabilidad del Estado, porque subconcesionado a empresas. Cumple una fruición social muy importante, de ahí parte la explicación de por que los subsidios”, finalizó.

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