Video: jugadores “santos” y “decanos” compartieron un asado

Hay veces que los jugadores profesionales de fútbol nos quedan demasiado lejos. Ya sea porque allí los ponemos con nuestro imaginario o porque, en la realidad, ellos se alejan. El asado que organizó el programa “Vamos a Rodar” para LA GACETA con futbolistas de Atlético y San Martín en la previa del primer clásico tucumano en Primera en 37 años, sirvió para acercarlos. A televidentes, lectores, periodistas e incluso a ellos mismos, teniendo en cuenta que cruzaron de vereda para compartirlo.

En ese acercamiento sucedieron cosas interesantes. Como por ejemplo darse cuenta que todos ocupan los roles que tradicionalmente podemos ver en un asado cualquiera.

Alma de líder. A sus 40 años, detalle que los comensales no se cansaron de recordarle, Cristian Lucchetti llevó las riendas de la comida en varios aspectos. Una vez sentado, no dejó pasar que uno de los periodistas estaba sentado en la punta y quiso tararear la canción del programa de Mirta Legrand. Lo hizo pero la que tarareaba (y la mayoría siguió) era la de “La salud de nuestros hijos”, del doctor Mario Socolinsky. Detalle en el que toda la mesa repararía recién en el postre.

Sin perder la chispa, se enserió para admitir lo que significó la llegada de San Martín a Primera para la provincia. “Desde que ascendió San Martín que se empezó a vivir el clásico. Quizás por eso la expectativa y la ansiedad fue creciendo tanto”, dijo “Laucha”, al que también se lo escuchó atentamente en el brindis final.

AUTÓGRAFOS. Moreira y Jaime firman la camiseta de San Martín que luego fue sorteada entre los televidentes de “Vamos a Rodar”. Los de Atlético hicieron lo mismo. AUTÓGRAFOS. Moreira y Jaime firman la camiseta de San Martín que luego fue sorteada entre los televidentes de “Vamos a Rodar”. Los de Atlético hicieron lo mismo.

“Ojalá -para el bien de Tucumán-, se repita por muchos años y que la gente aprenda a perder. El que gane, que lo disfrute y el que pierda, que se comporte”, dijo.

El bromista. Lejos de intimidar como en el área, Rodrigo Moreira le sacó una sonrisa a cada uno de los integrantes de la mesa. Oriundo de Villa Constitución, Santa Fe, demostró que en el curso de “tucumano básico” está cerca de recibir el diploma.

Ohh ¡chango!”, le espetó a Gervasio Núñez cuando este deseó que gane Atlético, también en el brindis. Carcajadas generalizadas. Más de esas llegaron cuando en el mismo brindis, a la hora de elevar las copas, volvió a gritar con el menor de los compromisos fonéticos: “¡Vamo’ lo’ Santo’!”.

El tímido. No tan relajado como Lucchetti o Moreira, Tomás Cuello se mantuvo en silencio gran parte del encuentro. “Todo el tiempo me cargan”, se quejó de sus compañeros entre risas. Algunas de esas cargadas llegaron en la mesa.

DESPLIEGUE. Cuatro cámaras y una mesa de control se apostaron en la galería de la casa para registrar todo lo que sucedió en el asado. DESPLIEGUE. Cuatro cámaras y una mesa de control se apostaron en la galería de la casa para registrar todo lo que sucedió en el asado.

El “pibe” del sueño. Juan Jaime, con 20 años, se sentó a la mesa con un deseo interno que expresó recién al final: sacarse una foto con Lucchetti. Lo consiguió a través de Moreira, pues la timidez también le ganó. Un detalle maravilloso dentro del contexto.

¿El que ronca? Núñez, que comparte habitación en las concentraciones con Lucchetti, fue acusado en un momento de roncar. Rápidamente el arquero se retractó diciendo que era una broma.

Varias bromas más le siguieron, pero lo más importante es que significaban un compromiso expresado verbalmente en el brindis de cada uno, y en el que terminaron de acercarse al chocar las copas: “que el clásico sea en paz”.

A PUNTO. Daniel Santos, dueño de casa, preparó el asado y obtuvo los aplausos de todos los comensales.  A PUNTO. Daniel Santos, dueño de casa, preparó el asado y obtuvo los aplausos de todos los comensales.
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