Lleva unos 50 minutos de espera sobre la calle Corrientes. La cola avanza lento y el pequeñín que lleva de la mano le pide hacer pis. Reflexiona que si se va de la fila hacia algún bar cercano seguro perderá su lugar para ingresar al banco. Entonces, se quedan y “usan” un árbol de la vereda. “Es que no tiene baños esta sucursal. Por lo menos eso me dijeron”, cuenta Sandra Brito, la mamá de Ian, de tres años. Esta situación se replica por toda la ciudad y sucede, principalmente, por la falta de baños de uso público en San Miguel de Tucumán. Entonces, las casas abandonadas del microcentro (por ejemplo la de Maipú al 400) y el arbolado urbano terminan hediendo ante un apuro incontrolable.
Esta falencia sanitaria, que complica sobre todo a quienes deben hacer trámites o compras en la ciudad, no sería tal si se cumpliera una ordenanza de 2009 (4.189 ) que exige a las reparticiones que atienden al público en forma masiva, al igual que a los bancos donde se realizan pagos de tributos, que cuenten con baños acordes a la cantidad de personas que concurren al lugar. La iniciativa fue elaborada por Claudio Viña, quien también este año elevó un proyecto de ley sobre el mismo tema, que fue aprobado por unanimidad en la comisión de Obras y Servicios Públicos y que será tratado en la próxima sesión legislativa. La nueva propuesta apunta a lo mismo que la norma municipal y amplía su exigencia a todos los bancos.
“Las personas en muchos casos pasan horas en reparticiones o instituciones bancarias y no pueden satisfacer sus necesidades fisiológicas básicas, por lo que deben abandonar su lugar en la fila para recurrir a bares”, detalló el legislador.
Sobre la ordenanza, recordó que luego de ser aprobada hizo relevamientos y notó que no se cumplía. “Es increíble, por ejemplo, que en el Instituto de Previsión Social no haya baño para el público. La clave está en que esas reparticiones de concurrencia masiva cuenten con sanitarios”, agregó Viña.
Sobre el proyecto de ley, cree que se aprobará próximamente y que después las administraciones públicas y los bancos tendrán 90 días (hasta que entre en vigencia la ley) para acondicionar sus espacios, mientras que los nuevos proyectos de obras (los que ahora se están construyendo) deberán hacerse bajo las pautas que exigirá la futura ley.
“Me deja usar su ...”
Fuera de la terminal de ómnibus, un par de reparticiones públicas y un espacio que hay en la zona de El Bajo (que maneja una agrupación de vendedores ambulantes), no hay baños que puedan usar los transeúntes. Entonces, estaciones de servicios o bares y restaurantes, si tienen buena voluntad, permiten el acceso a sus sanitarios. “Sin duda, siempre se toma a los negocios gastronómicos como opción de baño público. Y no sólo nos produce un costo adicional, sino que está calculado su uso para las dimensiones y cantidad de clientes que recibe cada local”, contó Ernesto Gettar, presidente de la Unión de Hoteles, Bares y Restaurantes de Tucumán.
Sobre el nuevo proyecto, el empresario reflexionó que nuestro mayor problema como sociedad es que no tenemos continuidad en las cosas: “si el control no es sostenido, se relaja y se pierde. Para eso debe haber un responsable que verifique el cumplimiento, si no caemos en un exceso de buenas intenciones. Lo cual claramente no resulta suficiente. De todas formas, estamos todos de acuerdo con la ley y la ordenanza, sin ninguna duda”.
No entrar
Los únicos baños públicos que están en pie fuera de alguna repartición, que son gratuitos y en los que no se paga ni un peso, son los del parque 9 de Julio. Pero eso no quiere decir que están habilitados para su uso: desde hace meses están destruidos, sucios y malolientes. Son una ruina. Las autoridades municipales le echan la culpa al “vandalismo” común en los espacios públicos. Es un tema de nunca acabar.
En una nota publicada por LA GACETA en junio de este año (titulada “Comida, plástico y hasta ropa interior sucia tiran los tucumanos cada feriado en el parque 9 de Julio” ), un operario de la Municipalidad, Franco Romano, que limpiaba el lago luego de un feriado, resaltó que a pesar de que en el parque hay baños “las personas hacen sus necesidades en la base de los árboles. Ya rompieron un nuevo baño que estaba frente a Espacios Verdes. Hay mucho vandalismo”.
Pero los espacios verdes no son los únicos que se utilizan como sanitarios al paso. El subsecretario de Tránsito y Transporte de la Municipalidad, Enrique Romero, añadió que cualquier lugar de la vereda es “mal usado” y que la falta de “cultura” se evidencia con esos actos, entre otros, en la vía pública. “Yo tengo una anécdota sobre este tema. Un director de Higiene alguna vez me pidió que controlara a los que orinan frente a la terminal nueva. Me lo pidió por expediente. Entonces le dije, en modo de broma, que me provea de 60 chatas para controlar eso”, comentó.
Sobre la posible solución, indicó que mientras no haya educación cívica, ambiental, vial, no habrá solución. “Los taxistas y los vendedores ambulantes se bajan en cualquier lado y hacen pis. Sin embargo, algunos tacheros paran en mi repartición, que sí tiene baños, y los usan”, añadió. Además, dijo que la Policía debería controlar este accionar, ya que se trata de una contravención.