La Confederación General del Trabajo (CGT) concluye este año envuelta en el dilema central que le presenta la propia supervivencia y con el desafío que implicaría -si se concreta-, la conformación de una central sindical paralela, respaldada por los grandes gremios industriales, el moyanismo y la Corriente Federal (CFT), que algunos llaman ya Frente Sindical para el Modelo Nacional.
Este año fue amargo para la dirigencia gremial que se mostró compacta en los dos paros generales que realizó este año, con pleno acatamiento, y con el respaldo estratégico de los gremios del transporte.
Apenas iniciado el año, la CGT tembló ante la masiva convocatoria camionera desplegada en Buenos Aires sobre la Avenida 9 de Julio, a la que adhirieron gremios de la Corriente Federal, independientes y ambas CTA, entre otros.
El 25 de junio y el 25 de septiembre de este año, la CGT paralizó el país con dos huelgas generales; y otras tantas protestas protagonizadas antes y después por los poderosos gremios del transporte.
El moyanismo comenzó otra vez a desplegar su influencia en el mapa sindical y atrajo nuevas voluntades para conformar el “Frente Sindical para el Modelo Nacional”, en el que confluyen camioneros, los gremios de la Corriente Federal que lidera el bancario Sergio Palazzo, los mecánicos de Ricardo Pignanelli y varios de los movimientos sociales con los que marcharon en masa a una misa en Luján.
De forma paralela, Hugo y Pablo Moyano y otros sectores sindicales iniciaron un proceso de reconciliación con sindicalistas kirchneristas y con la propia ex presidente Cristina Fernández.
Expectativas electorales
En julio de este año se produjo el quiebre definitivo de la CGT. Los principales referentes dijeron que optaron por postergar sin fecha un congreso de renovación de autoridades ante la debilidad del triunvirato y los embates oficiales, que hacen imposible entretenerse en cuestiones electorales.
Según la mayoría de los hombres del movimiento obrero, no habrá posibilidad alguna de garantizar la victoria sobre el oficialismo con divisiones y listas paralelas en las presidenciales del año que viene. (Télam)