Establecen contacto mediante alguna plataforma de internet. Le piden a la posible víctima fotos porque necesitan chicas para promociones de empresas. Solicitan que aparezcan en ropa interior u otra indumentaria. La relación continúa hasta alcanzar confianza e intimidad, las principales herramientas de una captación de trata de personas. Mientras, ya averiguaron dónde vive la joven y los nombres de los padres, entre otros datos familiares.
La Fundación María de los Ángeles informó que entre 10 casos que ha recibido en el segundo semestre del año pasado, seis correspondieron a situaciones de ofrecimiento e intentos de engaño a través de las redes sociales. En muchos de ellos, hubo un único contacto de terceros, sea mediante teléfono o correo electrónico.
“Los tratantes empiezan a sacar información en Facebook o Instagram. Le preguntan a la víctima qué estudian o cómo está integrada la familia, cuando no es necesario dar a conocer esa información ante una propuesta de trabajo”, dijo Susana Trimarco, titular de la entidad.
Según la referente de la lucha contra la trata de personas, los sospechosos han indagado sobre la situación de las personas, aprovechando la falta de preparación. “Muchas chicas no están empoderadas para establecer hasta dónde deben responder a esa gente; mucho menos para mandar fotos en ropa interior o desnudas”, señaló.
Trimarco remarcó que la Fundación María de los Ángeles ha recibido, hasta ahora, denuncias de víctimas tucumanas sólo por hostigamiento en las redes sociales. “Se llegó a situaciones de amenaza de secuestro. Dijeron que sabían dónde vivía la chica, dónde trabajaba, quiénes eran el hermano y los padres, y también dónde trabajaban. Hicieron un apretamiento psicológico”, detalló.
Sin embargo, contó que en otras provincias del país se habían registrado captaciones de chicas de manera concreta. En esa línea, Trimarco relató que una chica se había presentado en una plaza de Capital Federal y se había dado cuenta que la persona que mantenía contacto con ella era un hombre de unos 50 años, y no de unos 25 años como se había presentado. “Habían un trato por la oferta de trabajo en un hostel. La chica se dio cuenta de que no se trataba de lo que habían pactado y que no era la persona con la que hablaba. Por ello, comenzó a pedir ayuda en medio del paseo público y así pudo zafar. La habían citado a la plaza de Once y la chica era de la Matanza”, describió.
En el ámbito judicial
Daniel Weisenberg, miembro de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), que depende del Ministerio Público Fiscal, explicó que “es viable la intervención judicial” en los casos de tentativa de captación, aunque indicó que en muchos casos la denuncia no se llega a concretar, por lo que no ingresa al sistema.
En casos que sí avanzaron en la Justicia Federal, el engaño se había utilizado páginas web de subastas y ofertas. “Se ofreció ganar $ 15.000 por semana para hacer una promoción, una cifra alta para al actividad, y también traslados los fines de semana”, aseguró.
Por su parte, Trimarco apuntó: “este año hubo muchos casos de desaparecidas (…) el narcotráfico y trata están vinculados directamente, ya que las mafias sacan plata de los dos lados. Llevan a que las chicas se conviertan en adictas. Estas, a su vez, venden droga a los ‘clientes’. El negocio es redondo para estas redes”.