El arte, un refugio contra el estrés

Tres profesoras de talleres de artes plásticas y manualidades en general cuentan lo que motiva a las alumnas a concurrir y cómo, entre ellas, se van generando lazos que permiten intercambiar confesiones, angustias y placeres.

El arte, un refugio contra el estrés FOTO LA GACETA/ FRANCO VERA.

El arte es el medio de comunicación más poderoso que existe, el que nunca pasa de moda, el que todo el mundo entiende y el que apareció con el mismo ser humano, probablemente como su primera forma de expresión. Y lo ha acompañado a lo largo de su evolución hasta el día de hoy, haciéndose más variado y complejo, pero fiel siempre a su esencia de transmitir sentimientos.

A través del arte, los seres humanos nos reconocemos como tales por encima de naciones, de épocas, de civilizaciones; incluso cruzamos las barreras entre las especies. La pintura es otro medio de comunicación visual, ya que lo que se percibe está sobre un material plasmado por medio de colores, formas, líneas y texturas que provocan que nos metamos en ellas, para poder entender lo que el autor nos quiere dar a conocer.

Y son muchos los tucumanos que concurren a un taller de pintura como parte de una actividad que aman, pero también como una herramienta para “despejarse” un poco de la realidad.

Beatriz Olezuk, dueña de la artística “Entre tu arte y mi arte”, dicta clases hace casi dos años, todas sus alumnas son mujeres y sus edades van desde los cinco hasta los 80 años.

“Lo que más eligen para pintar son cajas o bandejas; en mi taller reciclamos mucho, mis alumnas traen latas o frascos para pintar o incluso algunos muebles pequeños que los restauramos; una de las técnicas más utilizada es el découpage”, comentó Olezuk.

Su metodología de trabajo no tiene horarios fijos, porque considera que el alumno tiene que tener la libertad de ir cuando lo sienta, por eso en su artística atiende de lunes a sábados en horario comercial y cobra por hora.

“A las mujeres que toman clases les gusta, las desestresa, pasan el rato, se desconectan, se conocen y forman amistades. La pintura les permite alejarse de sus dramas presentes en su casa, se pierden en lo que hacen. A veces las profesoras hacemos de psicólogas porque llegamos a un nivel de amistad que nos permite ayudarnos mutuamente”, agregó.

La pintura es una de las formas más eficaces que hay para mostrar la creatividad de una persona, pero en el ámbito de la mercadotecnia es una herramienta útil que puede utilizarse como canal de comunicación para emitir el mensaje de marca de una manera netamente visual.

“Los colores a usar se deciden sobre la marcha pero tienen mucho que ver con la forma en que la alumna va a encarar el trabajo de ese día, con el correr del tiempo muchas veces las chicas que viene enojadas se van relajando. La mayoría busca en este espacio algo positivo, algo que le dé color a su vida y las saque de lo sombrío y de las complicaciones personales”, afirmó Olezuk.

Ausencia masculina

Estas actividades suelen ser realizadas la mayoría por mujeres, aunque la profesora admitió que no tiene problema en recibir hombres en su taller, ya que los recibiría con gusto, e incluso tuvo llamados telefónicos de varones consultando por sus clases, pero nunca asistieron.

“Les recomendaría esta actividad a todos por la gratificación de realizar algo propio, con sus manos, se crea un ambiente paralelo al rutinario, donde encuentran pares en el grupo y aparte del taller se hacen amigos, podes encontrar gente con tus mismas inquietudes, y muchas veces eso ayuda mucho, es como una especie de terapia, el taller es una terapia, una herramienta de desarrollo personal, muchos interesados vienen diciendo que son inútiles, que no son habilidosos y se sorprenden de lo que son capaces de crear”, manifestó Olesuk.

Qué dicen las alumnas

Rina Velárdez es una de las primeras alumnas que tuvo Olesuk, y asiste hace dos años. Dijo que aprendió mucho y lo que más le gusta pintar son espejos.

“Me gusta el arte decorativo y reciclo mucho, buscamos algún uso a cosas descartables, que no lo son para nosotras; hice lámparas con botellas, me gusta mucho el découpage; yo vengo porque es mi lugar para expresarme, para salir de la rutina, si estoy enojada directamente no hago nada, pero esto me hace feliz”, comentó Velárdez.

El taller tiene sus puertas abiertas para todo el que quiera sumarse, las alumnas comentaron que los varones no se animan a pintar, porque piensan que no es para ellos y deberían saber que tiene la posibilidad de hacerlo.

“Cuando uno está estresado lo mejor es buscar en el arte un refugio”, agregó Velárdez mirando a sus compañeras, que asienten al instante.

“Nunca en mi vida había pintado nada, y ahora puedo presumir un cuadro, lo hice como parte de terapia. El taller es familia”, expresó Mirta Cadeau, también alumna del taller.

Reciclar para cuidar el medio ambiente es fundamental para poder vivir mejor, por eso Eugenia Vece alertó a toda su familia para que nunca más tiren una lata o una botella, porque en el taller a todos esos objetos sirven y se les vuelve a dar un uso.

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