Juan Carlos Ortiz ya es conocido en la Justicia. Fue detenido por supuesta privación ilegítima de la libertad y pedido de extorsión; y fue acusado de integrar el Clan Reynoso, organización criminal que operó entre 2010 y 2017, principalmente en Tafí Viejo y la capital. De acuerdo con la investigación del fiscal Diego López Ávila, engañaban a sus víctimas para apoderarse de propiedades y de vehículos de alta gama, por medio de violentos ataques y de “aprietes”.
Según la investigación, una de las modalidades más frecuentes de la banda era publicar en los medios de comunicación vehículos para la venta. De esa manera, lograban captar a algunas de las potenciales víctimas, a las cuales después estafaban de diferentes formas.
Ortiz se habría presentado con una identidad falsa para engañar a las víctimas. La posible complicidad de policías también quedó al descubierto en aquella investigación que dirigió López Ávila.
Los informes que realizaron los especialistas de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) -convocados especialmente para realizar ese trabajo- revelaron que el grupo había recibido ayuda de la Policía. Por ejemplo, se comprobó que varias víctimas denunciaban los hechos en la fuerza, pero sus presentaciones nunca llegaban a los despachos de los fiscales.
Según ese expediente, varios testigos informaron que, horas antes de que les realizaran allanamientos, los acusados trasladaban elementos en cajas. Se sospecha que recibían información de las medidas que ordenaba la Justicia en su contra.
Por los montos de dinero encontrados, la PSA no descartó que el clan podría haber tenido vínculos con el narcotráfico. Por ello, el fiscal López Ávila envió una copia del expediente a la Justicia Federal para que investigara ese delito y para determinar si la organización se dedicaba al lavado de activos.
Ortiz, según el pedido a elevación a juicio de López Ávila, ocupaba un rol de importancia dentro de la organización. Era el hombre de confianza y el que se habría encargado de extorsionar a las víctimas.
El jefe de la organización sería Luis Rubén Reynoso (padre), de 79 años. “Era la persona que ostentaba ese escalón jerárquico más elevado, el que adoptaba las decisiones importantes y le imprime a la banda su orientación delictiva”, consideró López Ávila al fundamentar el pedido de enjuiciamiento. Bajo sus órdenes actuaban sus hijos Luis Rubén, Carlos Horacio y Gabriel Gustavo Reynoso; además de Ortiz, Atilio Alejandro Gazzola, María Ester Bonett, José Alfredo Triviño y Adrián Ernesto “Toja” Parajón.
El clan comenzó a ser investigado a principios de 2016. En una serie de allanamientos realizado en Tafí Viejo, sus integrantes fueron detenidos en septiembre de 2017. El fiscal logró que se les dictara la prisión preventiva. En agosto de 2018, López Ávila pidió que sean enjuiciados, pero ese mismo mes, lograron que la Cámara de Apelaciones los dejara en libertad después de que cada uno abonara una caución real de $ 200.000 cada uno.