Niños y niñas, listos para jugar y soñar al fútbol

Empezó una nueva temporada de los Cebollitas, con historias para todos los gustos pero con un solo fin: divertirse.

FOTO PARA EL RECUERDO. Arián Guardia Narváez y Luz Bárbara Luna posan en la cancha de Amalia.     FOTO PARA EL RECUERDO. Arián Guardia Narváez y Luz Bárbara Luna posan en la cancha de Amalia.
23 Abril 2019

Para competir en la Liga Municipal de los Cebollitas, que organiza la Dirección de Deportes de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, se inscribieron 2.500 chicos. Entre estos, 19 niñas. Y entre ellas, Luz Bárbara Luna. La jugadora, de ocho años, pasa sus tardes en el complejo Libertad, repartidas entre el hockey y el fútbol. Comparte esas pasiones con todas las mujeres de su familia: con su mamá, Natalia Décima (31) y con sus hermanas Marina (17) y Lis (11). Su hermano, Antony (13), únicamente juega al fútbol en ese club; y su papá, Walter Luna, sólo apoya desde el llano. “Él trabaja todo el día. Pero como entreno hockey de 18.30 a 20.30, y luego paso al fútbol, siempre nos va a buscar. Además, nos lleva unos ricos sandwiches que hace mi mamá”, lo justifica Luz.

Libertad es uno de los principales semilleros de fútbol femenino en nuestra provincia. Allí “nació” Rocío Correa, que pocos días atrás se convirtió en la primera futbolista tucumana en firmar un contrato como jugadora profesional, para San Lorenzo. En reconocimiento a sus orígenes, Rocío regaló al club un cuadro con su camiseta de la selección argentina Sub20. Y no fue la única tucumana que llegó a la “albiceleste”, que comenzó su carrera en Libertad: también están Solana Pereyra -arquera del fuerte UAI Urquiza- y Carla Gramajo -lateral por izquierda, continúa en San Martín, por donde también pasaron Correa y Pereyra-.

Luz llegó al fútbol de la mano de su hermano, y juega desde hace un año. “Ahora jugaré el torneo”, dice, en referencia a la Liga Municipal de los Cebollitas. Entrena de lunes a viernes, luego de clases -cursa cuarto “E” de la escuela Juan Bautista Alberdi-, y se reivindica polifuncional. “Juego en todos los puestos. Tengo hasta guantes, por si me necesitan de arquera”, avisa Luz, que vive en el barrio Crucero Belgrano, a 10 cuadras del club.

No se amedrenta con el grabador de LG Deportiva. “Es muy lindo jugar, además tengo voz de mando ante mis compañeros”, se describe. Y su mamá asiente. “Bueno, se levanta peleando con los hermanos. Es brava y mandona. No le tiene miedo a nada y menos a jugar con más grandes. Hasta se animó a jugar con los compañeros de mi hijo”, ratifica Natalia.

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