La recuperación de un ramal del Belgrano Cargas

En estos tiempos electoralistas y de asfixia económica, encontrar alguna buena noticia es tan difícil como hallar una aguja en el pajar. El ferrocarril ha sido -y lo sigue siendo- un medio de transporte vital para el desarrollo de los pueblos. Desde su desguace en el interior del país durante la década del 90, muchas promesas se han hecho respecto de su recuperación -especialmente en Tucumán- que el viento se ha llevado.

El martes, el Ministerio de Transporte de la Nación informó que dieron comienzo las obras de recuperación del ramal C8 del Belgrano Cargas, un tramo de 120 kilómetros entre las provincias de Salta, Tucumán y Santiago del Estero. Las obras demandarán una inversión de $3.000 millones y se podrá transportar alrededor de dos millones de toneladas de maíz y soja hasta los puertos de exportación, en Santa Fe.

La agencia Télam informó que la construcción de las primeras vías nuevas comenzó en la localidad salteña de Antilla. Se renovarán 120 km entre Rosario de la Frontera, Salta y Gobernador Garmendia, en Tucumán, permitiendo que el Belgrano Cargas vuelva a circular por esa región. Por otro lado, se hallan en proceso licitatorio alrededor de 40 km entre Gobernador Garmendia y Las Cejas, en nuestro territorio provincial. Según el Ministerio, este tramo se sumará a los casi 700 km finalizados y más de 400 en construcción, sobre un total de 1.800 km de vías recuperadas.

El ferrocarril fue la columna vertebral del país y dio vida a miles de pueblos. Su desmantelamiento progresivo se inició en la década del 70. Entre 1976 y 1980, durante la dictadura militar, se abandonaron unas 560 estaciones, se redujeron trenes de pasajeros interurbanos y locales del interior en un 30%, se cerraron unos 5.500 km de líneas secundarias.

Durante el gobierno de Raúl Alfonsín se produjo la reapertura de los Talleres Ferroviarios de Tafí Viejo que habían dejado de funcionar en 1977; estos pasaron a la jurisdicción de la Provincia en 1994 y un año después, durante la administración de Antonio Bussi, fueron cerrados. Entre 1991 y 1993, en el marco de la reforma del Estado del presidente Carlos Menem, los servicios de Ferrocarriles Argentinos fueron segmentados y concesionados a firmas privadas o cancelados definitivamente. En 1995, la empresa fue desguazada.

Si bien la renovación de las vías del ramal C8 beneficiará el transporte de cargas, sería interesante que algún gobierno nacional estudiara la posibilidad de recuperar del ferrocarril en el interior del país para transportar pasajeros por tratarse de un medio muy seguro, económico, no contaminante, que favorece la igualdad social y permitiría bajar sustancialmente gastos de recursos no renovables como el combustible; se reduciría notablemente el índice de accidentes en las rutas y llevaría una reactivación económica a las poblaciones por las cuales pasara. Sería necesaria una política de Estado que definiera con claridad los objetivos. Se debería modernizar este transporte acorde con los tiempos que se viven, así como diseñar tal vez nuevos itinerarios que hagan más eficiente y rentable el servicio.

“Las grandes vías férreas que buscan el oeste, el norte y los confines de la Argentina no pueden quedar suspendidas, ya que ellas llevan unidad para la República”, dijo el presidente de la Nación, Nicolás Avellaneda, en la inauguración del ferrocarril en la estación Central Córdoba el 31 de octubre de 1876.

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