La incertidumbre es la única certeza

La tendencia de los oficialismos victoriosos es la única marca que otorga cierto alivio a los nerviosos candidatos tucumanos, que a 11 días de los comicios esbozan conjeturas, sacan cálculos y se ilusionan con encuestas. No son elecciones sencillas de predecir ni para los que disputan por el máximo cargo -el de gobernador- ni para los que deben competir por concejalías.

La dupla gobernante que aspira a la reelección camina con cierta tranquilidad hacia el 9 de junio. El “aparato” les da confianza, las encuestas propias les sonríen y ven alejarse al fantasma de José Alperovich, pero cada tanto se beben un té de tilo porque desde algún sector le chiflan que Silvia Elías de Pérez mejora y que el senador se envalentona. Extrañamente, Ricardo Bussi nunca les preocupó. El escenario de quiebre que expuso el ex mandatario alteró los planes de Juan Manzur y de Osvaldo Jaldo, que respiraron con alivio cuando vieron a una dirigencia que mayoritariamente se acomodó detrás suyo. Sin embargo, el electorado podría haber quedado herido y la transfusión de sangre de una oferta política a otra podría debilitar a ambas.

En Vamos Tucumán (Cambiemos) sueñan con que todavía es posible tocar ese cielo que se les negó en 1987, cuando en un escenario de ruptura similar del peronismo, la UCR se alzó victoriosa en cantidad de votos. La Gobernación se les negó porque regía el Colegio Electoral, en que el justicialismo se unió y ungió a José Domato como mandatario provincial. Sus números dan a Elías de Pérez en alza y a los dos peronistas oscilantes en la punta. Todos dan mejorando a la senadora y bajando a Bussi. Ninguno muestra sus ases, porque tampoco parecen contar con una partida clara que los haga elevar la apuesta.

En tiempos inciertos la campaña se enturbia y eso comenzó a verse estos últimos días. Germán Alfaro acusó a Manzur de fogonear un paro de recolectores de basura en su contra, en el marco de la antesala de los comicios. El gobernador le contestó que se haga cargo de sus problemas. Paralelamente, en las calles aparecieron pegatinas contra Alperovich, Bussi, Mario Leito, Alfaro, Manzur y Elías de Pérez por igual. También revolean volantes injuriosos por las calles, todo bajo el amparo del anonimato. La suciedad reemplazó a las ideas a la hora de salir a la caza de adeptos.

Si en los cargos ejecutivos, donde los postulantes son menos en cuanto a cantidades, la pelea está así de dura, en la compulsa por las bancas en la Legislatura y en los concejos deliberantes los candidatos están al borde del infarto. En las estructuras partidarias convencionales no se espera que las listas “oficiales” traccionen muchos votos ni, por ende, muchas bancas. Varios saldrán decepcionados de su performance. Lo mismo podría suceder con acoples poderosos, que literalmente invirtieron millones de pesos en busca de obtener una buena recompensa para su inversión pero que apenas podrían lograr un premio consuelo. O nada. La lucha será durísima, en especial en el distrito capital, donde abundan los acoples y las listas fuertes, con un bussismo que pisará firme, un alperovichismo que metió ruido, un Alfaro que juega de local y un Cambiemos que tiene votantes cautivos. Apostar a quién formará parte del seleccionado de 19 es una quimera.

Respecto de las intendencias, nadie espera demasiadas sorpresas salvo en cinco distritos: Famaillá, Alderetes, Lules, Monteros y Simoca. La expectativa en la tierra de las empanadas es si la protegida del gobernador, la ex esposa del legislador Juan Orellana, Patricia Lizárraga, podrá retener la intendencia o si volverá a conducir el municipio un “Mellizo”, en este caso el diputado José. Algo parecido sucede en Alderetes, donde el alperovichista Sergio Venegas aspira a continuar en el cargo, pese a la fuerte presión -en contra- del aparato provincial desde que anunció su intención de apoyar al senador. Aldo Salomón buscará arrebatarle el sillón que una vez él mismo ocupó. En Lules la pelea es entre dos oficialistas: Carlos Gallia (Frente Justicialista) y César Dip. Sucesor y antecesor protagonizan una pelea feroz por el cargo y podría ser para cualquiera. Igual disputa se reedita en Monteros, entre el intendente Francisco Serra (Acción Regional) y su antecesor, Alberto Olea (Partido de los Trabajadores). En Simoca, el regreso al ruedo de Luis González le puso picante a las intenciones de Marcelo Herrera de repetir en el cargo. Todo será para alquilar balcones.

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