Calculan una pérdida millonaria por el corte de un tramo de la 38

Para un experto, la interrupción es un peligro para los conductores.

PUENTES EN OBRA. Vialidad Nacional cortó el tramo a fines de mayo para reparar las infraestructuras dañadas. la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll PUENTES EN OBRA. Vialidad Nacional cortó el tramo a fines de mayo para reparar las infraestructuras dañadas. la gaceta / foto de Osvaldo Ripoll

La interrupción durante un periodo de casi 100 días al paso de los vehículos que circulan por la nueva traza de la ruta nacional 38 en el tramo que une a Aguilares con Alberdi le costaría a la economía local al menos $ 35.572.500 (U$S 775.000). Así lo calculó el agrimensor Pedro Katz, especialista en seguridad vial, quien apuntó contra el Gobierno nacional por “no interesarse con lo que pasa en Tucumán”.

El experto, que ha trabajado por décadas con asuntos de vialidad, sugirió que la instalación de unos puentes Bailey (ver aparte) por parte de la Nación sobre los arroyos Matazambi y Barrientos -lugares en donde se desarrollan los trabajos de reparación- podría ahorrarle a la economía tucumana ese millonario monto. También señaló que evitaría potenciales accidentes en el desvío de dos kilómetros que los conductores deben realizar por el corte en los caminos del sur provincial.

Matemática vial

¿Cómo se llega a ese monto de dinero? Los datos que aporta Katz surgen de las estadísticas que realiza anualmente la Dirección de Vialidad Nacional (DNV) en todo el país. En particular, de la cifra de Tránsito Medio Diario Anual (TMDA), que indica el volumen de vehículos que transitan por un determinado tramo de ruta.

La última medición del organismo dependiente del Ministerio de Transporte de la Nación -realizada en 2017- reveló que el TMDA en el trayecto Aguilares-Alberdi era de 5898 vehículos. Sin embargo, al iniciarse las obras, fuentes de esa repartición sugirieron que en la actualidad sería de 4.500 rodados.

Calculan una pérdida millonaria por el corte de un tramo de la 38

A partir de esos datos, el agrimensor realizó dos mediciones: una con las cifras de 2017 y otra con las de 2019. En primer lugar, explicó que se estima que el 15% de la circulación corresponde a vehículos pesados (camiones y ómnibus), mientras que el restante 85% al transporte liviano (automóviles y camionetas). Luego, indicó que el costo por kilómetro recorrido, según la Asociación de Transportistas de Carga (ATC), es de U$S 1 para los vehículos pesados, y que el del resto de los rodados ronda los U$S 0,33.

Teniendo en cuenta que el desvío ocasionado por el corte es de dos kilómetros, cada camión u ómnibus gastaría U$S 2 extra en su recorrido. Por otro lado, los conductores de autos y camionetas desembolsarían U$S 0,66 para sortear el desvío. “Por esto, la economía de Tucumán pierde U$S 1.015.800 con los datos de 2017, o U$S 775.000 con los de 2019”, apuntó Katz, quien también es presidente de “Siempre Verde”, una fundación dedicada a la seguridad vial.

Para llegar a esos números, el cálculo continúa así: se multiplica la cantidad de vehículos diarios de cada categoría (pesados y livianos) por los dólares gastados durante el desvío. En seguida, se lo suma 100 veces -es el tiempo estimado de corte, de mayo a agosto- y, finalmente, se lo duplica (ver números en el gráfico de esta edición). “Es necesario duplicar ya que antes ya había habido también una interrupción de 100 días en el tránsito del lugar porque había aparecido una microfisura. Entonces, hablamos en total de 200 días de corte”, especificó el especialista.

Katz cree que hace falta más educación, mayores controles y aplicación de sanciones. “Es muy penoso lo que padece la gente del sur. Pasé por el lugar la semana pasada y la situación vial es terrible. El impacto en la economía tucumana de este corte no es medido por las autoridades nacionales”, se quejó. La preocupación es compartida por las Fuerzas Vivas del Sur, agrupaciones que también pidieron la suspensión de las obras en la nueva traza de la ruta 38 por temor a posibles accidentes. 

Los puentes Bailey: una solución vial con historia

Estas infraestructuras son portátiles y fueron diseñadas durante la Segunda Guerra Mundial para permitir el cruce de vehículos militares sobre cursos fluviales. Estos puentes son cortos, metálicos y de fácil transporte en camiones. Su uso se extendió por todo el mundo debido a la practicidad de su instalación en zonas inundadas o afectadas por otros desastres naturales.

En Tucumán, un ejemplar fue utilizado en 1984 para desviar el tránsito vehicular del puente Lucas Córdoba -que se encontraba clausurado- y así no cortar la circulación sobre el Río Salí. El agrimensor Katz sugiere que la colocación de estos puentes Bailey sobre los arroyos Matazambi y Barrientos en el sur provincial evitaría la continuidad del corte de la ruta 38. 

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