El acarreo de votantes volvió a quedar expuesto

“Va a demorar mucho tiempo, ¿no querés que te vaya llevando a tu casa?”, le dijo una puntera a un votante en la entrada de la escuela Marco Avellaneda, que había llegado al establecimiento junto con su hijo. Aunque de elección a elección la operatoria para llevar votantes y entregarles el voto se fue perfeccionando, la mecánica de dos grupos políticos quedó al descubierto ayer por un equipo de este diario.

El equipo de LA GACETA se apostó en la puerta del lugar, en Lavalle al 3.400, durante tres horas y fotografió los autos dedicados al traslado de electores, identificados con los colores de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán y con una sigla que correspondería a un puntero de José Alperovich, porque repartían los votos de la lista del senador nacional (fotos en la parte superior de la página).

La puntera tenía un sobre de papel madera con dos nombres y una anotación: “Mabel Cuello, Luis Bessone, KWB 581”. Cada vez que traía gente a la escuela, ella les indicaba en qué mesa debían emitir el voto. Al salir, entregaba un cupón. Dos votantes explicaron que ese papelito era para intercambiar luego por un monto en tíckets de mercadería de un supermercado. “No lo pierdas porque después vas a perder, haceme caso”, le dijo la mujer a un votante.

A medida que pasaban los votantes, la dirigente charlaba con otra persona que tachaba nombres en una planilla. A él se acercaron al menos cinco movilizadores durante la mañana. El coordinador se había pegado en la campera un autoadhesivo con tres colores: celeste, blanco y azul, que correspondería a punteros del espacio de Germán Alfaro. La mayoría de los autos en los alrededores de la escuela tenían pegados un rectángulo con lo que parecía ser una bandera: era el mismo indicador, que identificaba a punteros de ese espacio político de la capital.

Durante la guardia periodística, además de los autos identificados con siglas en el parabrisas, se descubrió que desde uno de los vehículos entregaban boletas a los que llegaban a la escuela. Antes de bajar, el conductor entregaba votos de Alperovich. La operatoria se repitió en tres ocasiones, hasta que descubrió que era fotografiado. Entonces se estacionó en una de las calles laterales.

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