Paliza: el concepto define el triunfo de la dupla Manzur-Jaldo sobre toda la oposición

El gobernador festejó la victoria provincial, pero lanzó un mensaje hacia la disputa nacional del peronismo: pidió internas.

FUERA DE CASA DE GOBIERNO. Hoy, a las 1.30, Manzur, Jaldo, funcionarios y dirigentes electos salieron a festejar el triunfo desde la explanada. “El peronismo sigue gobernando la provincia”, celebró el gobernador reelecto. la gaceta / fotos de juan pablo sánchez noli FUERA DE CASA DE GOBIERNO. Hoy, a las 1.30, Manzur, Jaldo, funcionarios y dirigentes electos salieron a festejar el triunfo desde la explanada. “El peronismo sigue gobernando la provincia”, celebró el gobernador reelecto. la gaceta / fotos de juan pablo sánchez noli

El balcón de la Casa de Gobierno no fue el lugar elegido por Juan Manzur para celebrar la victoria frente a los suyos, los peronistas, sino el escenario que había sido levantado en horas de la tarde, cual muestra de un tempranero optimismo y total confianza en el triunfo del Frente Justicialista por Tucumán (FJT). Más tarde, cuando los números del escrutinio provisorio fueron mostrando lentamente las diferencias entre el oficialismo con los distintos espacios de la oposición -especialmente con José Alperovich (Hacemos Tucumán), las sonrisas se multiplicaron y la tranquilidad fue creciendo. Los rostros eran más que reveladores de lo que las cifras estaban reflejando, que el FJT le estaba dando una verdadera paliza electoral a sus contrincantes. Al cierre de la edición, los números decían que el peronismo le sacaba 30 puntos al segundo, Silvia Elías de Pérez (Vamos Tucumán), 37 puntos al tercero, Ricardo Bussi (Fuerza Republicana) y casi 40 puntos al cuarto, Alperovich. Este último fue el dato que más satisfacción produjo a los oficialistas.

“Hasta ahora ya hay una tendencia irreversible: ganamos Tucumán”, decía Manzur en su primera salida al Salón Blanco, a las 22.20, acompañado de un sonriente y distendido Osvaldo Jaldo, y de varios de sus funcionarios, uno de los cuales ingresó al lugar gritando “¡qué locura es esta!”. “Ganó la fórmula del peronismo, que se impone en toda la provincia”, acotó exultante el mandatario, vaticinando a esa altura que el total de votantes llegaría al 85%.

Allí mismo, Manzur hizo el primer gesto político hacia el ámbito nacional, centralmente dirigido al fracturado peronismo: saludó a la dupla Alberto Fernández-Cristina Fernández. Un claro guiño hacia un sector duro del justicialismo; aunque luego, en diálogo con LA GACETA, expresó: “quiero que los candidatos salgan de una interna del PJ”. Concepto este último que se preocupó por reiterar, porque la apuesta del titular del Poder Ejecutivo pasa porque el peronismo se unifique en una fórmula presidencial para enfrentar al Gobierno nacional. Entiende que es la única vía para imponerse en los comicios nacionales de octubre.

Tras la primera salida, Manzur, Jaldo, funcionarios y dirigentes políticos se instalaron en el despacho principal y en el antedespacho, donde se instaló una pantalla gigante que mostraba los datos oficiales del escrutinio provisorio. La calma y la distensión reinó en esos ambientes, pues el principal objetivo ya estaba cumplido: ganar la gobernación. Los acoples cumplieron su función central, la que le impuso el peronismo como sistema electoral en 2007: que todas las listas sumaran a la fórmula principal, aun a riesgo de que se perdieran, por ejemplo, comunas o municipios. Si bien los abrazos y las selfies se repetían con el gobernador y el vice, algunos candidatos llegaron al lugar con caras largas, porque la suerte no los había acompañado o porque aún debían esperar el resultado final. Mario Leito, el aspirante a intendente por la Capital llegó sonriente a las 21.45 al palacio gubernamental. Luego, como el resto siguió, aunque apartado, los números del escrutinio.

A la 0.15 ocurrió la segunda y más festejada salida de Manzur a un concurrido Salón Blanco, pero esta vez para asegurar que la victoria era incuestionable y que los tucumanos lo habían acompañado para que cumpla su segundo mandato (2019-2023). “La fórmula Manzur-Jaldo es la más votada de la provincia”, dijo feliz. Luego acotaría que el FJT estaba ganando en todos los departamentos. Aunque, si bien se iban imponiendo como decía en esas localidades, la que evidentemente más le interesó a Manzur fue San Miguel de Tucumán.

Y no precisamente por los datos de las listas de candidatos a intendentes, sino por la que encabezaba a nivel gubernamental. El mandatario saborea esa victoria como un triunfo político personal en la Capital. De hecho, se lo vio observando detenidamente cada vez que aparecían en pantalla las cifras de la ciudad. Jaldo, en tanto, celebró como propias las victorias de los acoples y de las listas oficialistas en el interior. El vice estuvo permanentemente pendiente de los valores y cruzaba datos con los referentes territoriales que iban llegando a los despachos del primer piso.

Precisamente, fue Jaldo el que dio la segunda señal de trascendencia política. En su discurso, el reelecto presidente nato de la Cámara señaló que las puertas de la Casa de Gobierno están abiertas a todos los candidatos. Se podría interpretar que, más allá del tinte institucional del convite, desde lo político podría sonar a un mensaje dirigido a los peronistas que trabajaron por fuera del PJ.

“Las elecciones ya pasaron”, acotó inmediatamente y luego le apuntó a la gestión del presidente, Mauricio Macri, lo que significó un alineamiento a la línea discursiva crítica de Manzur hacia la Nación. Además, instó a “todos los tucumanos, de la Capital y del interior”, a trabajar juntos por la provincia. Lo mismo que a los peronistas en el plano nacional para derrotar a Cambiemos.

A la 1.30, Manzur salió a la explanada de la 25 de Mayo para celebrar con los que acudieron al espectáculo armado. “El peronismo sigue gobernando la provincia”, enfatizó.

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