Atraparon a un acusado de abusar de sus hijas

El sospechoso, que vivía en Catamarca con otra identidad, era buscado hace dos años; habría embarazado a una de las víctimas.

Una foto, un celular y un panfleto sirvieron para cerrar una investigación que duró más de dos años y que, por su complejidad, parecía estar estancada. La Policía detuvo en Catamarca a un hombre acusado de haber abusado sexualmente de sus cuatros hijas menores, de las cuales una quedó embarazada cuando tenía 14 años.

El caso salió a la luz hace dos años, pero la historia comenzó hace 20. El acusado decía tener 18 años, pero en realidad era de 30, conoció a la madre de las víctimas, de 15. Decidieron irse a vivir juntos porque ella había quedado embarazada. La familia creció con la llegada de otras tres hijas. Por necesidad, vivieron en esta provincia, Catamarca y Buenos Aires. Como no tenían vivienda propia, se mudaban muy seguido.

Luego de varios años el grupo familiar se separó. La mujer se fue a Buenos Aires; él se quedó en la provincia y se hizo cargo de las cuatro menores. Sin embargo, la hija mayor se fue de casa y se mudó con su madre. Pero al poco tiempo la adolescente hizo una denuncia por violencia doméstica e intervino la Justicia. Ante las autoridades dijo que no quería vivir con ninguno de los dos progenitores. Con tratamiento psicológico y asistencia permanente, los especialistas ayudaron a que la chica contara que su vida era un infierno. Que había sido abusada por su padre biológico y que la pareja de su madre la maltrataba.

Meses después de que la jovencita denunciara el caso, desde un juzgado de Lomas de Zamora, llegó un pedido para que la fiscalía de turno se hiciera cargo de la investigación del abuso, puesto que el ataque se había producido en Tucumán. La causa llegó a manos de la fiscala Adriana Giannoni.

Golpe tras golpe

La víctima, a través de la Cámara Gesell, relató el infierno que había vivido durante varios años. Describió cómo había sido cada uno de los ataques y las amenazas que recibió por parte de su padre para que no contara a nadie lo que había sufrido. También recalcó que temía por sus tres hermanas, con las que había perdido contacto porque no sabía dónde vivían.

Mientras trataban de encontrar al agresor, a la fiscalía llegó un informe de la Maternidad donde se daba cuenta de que una menor de 14 años había dado a luz y que sus parientes no supieron explicar cómo había quedado embarazada ni quién era el padre del bebé, que se encontraba en perfectas condiciones. Tenía el mismo apellido y domicilio de la joven que había denunciado a su padre.

Por pedido de la fiscala Giannoni, la instructora Silvia Morales esperó que la adolescente se recuperara del parto para citarla. También en Cámara Gesell confirmó que el padre la había abusado y que por eso había quedado embarazada. Con pruebas genéticas, comprobaron sus dichos. Señaló además que sus otras dos hermanas también podrían haber sido atacadas sexualmente por el hombre Esas dos menores también fueron llevadas a la Justicia y contaron que ellas también habían sido víctimas de su progenitor y que sus casos habían sido denunciados por su madre en Buenos Aires.

Pero cuando los investigadores quisieron salir a buscar al abusador, se dieron con que había abandonado a las menores para huir de la provincia. Ellas vivían con su abuela materna, que nada sabía sobre el calvario que sufrieron durante varios años. Tampoco supieron precisar dónde estaba el hombre, ya que habían perdido su contacto con él.

El desenlace

La fiscala, entonces, solicitó al juez Alejandro Tomas que pída a su par de Buenos Aires que decline la competencia para avanzar con la investigación. El magistrado bonaerense aceptó el planteo teniendo en cuenta que las menores residían en esta provincia y se sospechaba que el acusado también estaba en Tucumán.

Al procurador Marcelo Sallas, miembro del Equipo Científico de Investigación Fiscal designado a la fiscalía de Homicidios I, se le encomendó la tarea de buscar al acusado. Fracasó en su intento de ubicarlo en la provincia porque no aparecía en ninguna base de datos de entidades privadas ni organismos públicos.

Una luz de esperanza surgió cuando logró ubicar que la línea de un celular estaba a su nombre. Esa pista lo llevó a la capital de Catamarca. Sin embargo, un nuevo obstáculo se presentó en la pesquisa.

La celda donde se detectaba el uso del teléfono era la de mayor amplitud de la capital catamarqueña, por lo que la búsqueda se tornó más difícil. A la tarea se sumó personal de la división Homicidios, al mando del comisario Cristian Peralta, que añadió a los investigadores catamarqueños Enrique Ramos, Martín Sánchez y Diego Ance.

Durante días trataron de ubicar al sospechoso sin resultado. Sin embargo, analizando un panfleto, descubrieron que el hombre se había cambiado de nombre y que realizaba tareas de electricista. Lograron ubicar el barrio donde residía y, usando una foto vieja, dieron con el domicilio.

El miércoles pudieron atraparlo en la puerta de una casa donde vivía con su nueva pareja. El viernes se negó a declarar ante Giannoni. Quedó detenido y cada vez más cerca del juicio oral que se hará en su contra.

Comentarios