16 Junio 2019

Felicidades, papi

“Un  padre que da consejos, más que padre es un amigo...” reza en el Martín Fierro el inmortal José Hernández.. Sí, señor. ¿Qué buen padre no está siempre dispuesto a transmitir a su familia el caudal de sabiduría que acumuló quién sabe cómo, porqué  y cuándo, para haber llegado al presente en estado físico e intelectual habilitado para expresar su felicidad  y cariño de y hacia sus amados hijos? La copa en alto y los abrazos bastan. No se puede pedir más. Si los hijos, por olvido, descuido o simple torpeza no siguieron en algún momento sus consejos, todavía tienen tiempo de enmendar. El padre lo sabe y puede esperar. El amor es más fuerte que la razón y habita en padre y madre como una  bendición, como un precioso legado íntimo. Intuirlo y agradecerlo es natural. Lo que nunca ocurrirá es olvidarlo. Así, con la mirada brillante y la sonrisa pronta, cantemos todos ¡Felicidades, Papi”, con  la alegría de saber que, esté aquí o donde fuere, en la tierra o en el cielo, nuestro deseo será bien escuchado. Así será.

Darío Albornoz

Haberes jubilatorios

En un programa televisivo periodístico se trató acerca de las noticias que políticos, ahí en Buenos Aires en campaña política con pretensiones de llegar al Congreso de la Nación, volvieron a utilizar situación económica de “los jubilados”, adelantando reformas en la vigente ley de jubilaciones con soluciones impracticables o absurdas, como la de elevar la edad jubilatoria, olvidando que frenan por años la oportunidad de trabajo para miles de jóvenes, una gran mayoría con títulos universitarios, y/o un simple obrero, olvidando ex profeso que el 14/l0/2010 la entonces Presidenta de la Nación vetó la ley del 82% para todos los jubilados del país.  Una abogada periodista dijo terminantemente: ningún político explicó porqué hoy la proporción de aportes a la Anses  es deficitaria;  está en un trabajador por un jubilado cuando lo ideal o lo más aconsejable que el aporte debe ser de cuatro o cinco activos por un jubilado. La respuesta  parcial, digo así porque me voy a referir únicamente a mi provincia de Tucumán, la tenemos los jubilados de la Plaza, que reiteradamente reclamamos al Gobierno de la provincia y a la Municipalidad capitalina que terminen con la trampa de pagar el sueldo a sus empleados con sumas no remunerativas. Obviamente, no ingresan a la Anses los aportes previsionales del trabajador y del empleador, lo cual es una práctica cuasi dolosa de todos  los gobiernos y municipios del país, que provocan un multimillonario déficit  que tiene que ser cubierto por el gobierno nacional desatendiendo otras obligaciones igual o más importantes. Tal vez, con estricto control por la autoridad correspondiente para el cumplimiento de la ley,  por ahora, de todos los empleadores  del país, se solucionaría parcialmente este problema. Aunque suene a utópico, exigimos que los nuevos senadores y diputados de la Nación que, despojándose de su ego y con patriotismo, en los primeros 30 o 60 días de iniciadas sus obligaciones, recuerden  que sus bancas pertenecen al pueblo que los votó y sancionen la mejor ley duradera por muchísimos años para el beneficio de toda la clase trabajadora argentina y de los ahora jubilados y pensionados.

Ángel Ricardo Salguero 

Abusos en la penitenciaría

Quiero expresar mi profunda preocupación al leer en el diario de este sábado la nota sobre los abusos en el Servicio Penitenciario y su falta de control, donde al parecer hay funcionarios sospechados de encubrir, y hasta de ser partícipes de determinados delitos. Delitos que violan claramente los derechos humanos primordiales y ponen en jaque al sistema institucional, al no cumplirse las leyes y los tratados internacionales a los que Argentina está suscripta. Parece anacrónico, pero en las notas publicadas, leyendo fragmentos de los testimonios de los internos que denuncian abusos, tienen muchas similitudes con los testimonios del libro “Nunca más”. Al Poder Ejecutivo, le digo, en la figura del Gobernador, y con el cargo que ostenta, frente a esta locura constante y peligrosa para nuestro sistema, que no pase que en otro momento que sea y sólo la voz de un ciudadano denunciando tales aberraciones, tengamos la visita de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Eso sería el corolario para las malas y desgraciadas noticias en nuestra provincia. Ojalá se haga eco de este pedido, que no es más que el de una sociedad que no quiere volver al pasado más oscuro, que ya padecimos.

Francisco Agustín Cofone 

La difusión de videos íntimos

Hay que penalizar la difusión de videos de carácter íntimo con intención denigratoria, aunque en su origen se hubieran grabado con el consentimiento de la persona. Pero más importante aún es la urgencia de educar a la sociedad en considerar que algunas actuaciones, que hoy se aceptan como normales, no lo son, sobre todo en lo referido al uso de las redes sociales. Es inaceptable la difusión de contenidos violentos, discriminatorios y que pretenden atacar la integridad de cualquier persona. Banalizar aspectos que afectan a la dignidad de la persona, a su núcleo de identidad, trae como consecuencia un peligroso proceso con trágicas consecuencias como el caso de la mujer que se ha suicidado en Madrid (España).

Jesús Martínez

“Chau elecciones, hola realidad”

- ¡Gordita, Gordita, nos apareció la Virgen!

- Pero Negro, ¿Qué pasa? Contame, ¿por qué tanta algarabía?

- ¡Mirá, mirá quién me mandó un mensaje!

- ¿Quién? ¡Decime!

- Alberto (nombre ficticio). Alberto, ese que tiene la 4x4; el que vive en ese caserón.

- ¡Síiii! ¡Qué alegría! ¿Y qué quiere?

- Será candidato; quiere que trabaje para él. Si gana me da un puesto; quiere ayudarnos a hacer la casita. Es muy  bueno ¿sabés? ¡Mirá la mercadería que nos dio!

- ¡Ay, Negro! ¡Qué alegría! ¡Por fin una gente buena!

- !Sí, es muy bueno! Mirá que por este barrial nadie viene, pero Alberto, sí; expone su 4x4 para venir a buscarme; yo sabía que con tanto rezar alguna ayuda nos llegaría...

- ¡Ojalá Negro, ojalá! Esta casillita ya no da más; cada vez que llueve nos mojamos enteros...

- Así es, Gordita, nunca más pasaremos frío. Y, mejor aún, nuestro patio no será más un barrial. Me voy a dormir; a las 3 de la mañana saldremos a pintar paredes.

- ¿Tan temprano?

- Sí, es que tenemos que ganar espacio.

-¡Negro! ¿Qué pasó con Alberto? ¡Él ganó!

- No sé, Gordita, no sé. No contesta mis llamados; quizá perdió el celular...

Marcelo Maza

Constitución 130, Tafí Viejo

Vocación de servicio

Como ciudadanos comprometidos y con vocación de servicio de participar en lo público, sería constructivo, para un futuro exitoso de la Argentina, que antes de delegar las facultades a quienes elijamos como representantes para que nos gobiernen en el próximo mandato, que previamente reflexionemos sobre cómo fueron y/o cómo se desarrollaron las administraciones y/o gobiernos anteriores, lo que evitará que sigamos por el camino de continuar repitiendo o reeditando las viejas historias que fueron nocivas, como asimismo potenciar todo aquello que fue edificante. Actitud que nos permitirá que tomemos mejores y acertadas decisiones en la elección de los ciudadanos que nos han de gobernar; ya que los mismos deben ser personas que con abnegación y en forma genuina trabajen y velen para lograr el bien individual y común para todo el pueblo. Pero en especial les cabe dicha actitud de ejemplar abnegación patriótica a quienes asuman la responsabilidad de representar al pueblo, ya que no debemos olvidar que el pueblo es el único soberano, y quien les confía o delega solo facultades para que rijan el destino de la patria. Tarea sagrada, tarea primordial, ya que quienes resulten electos deben ser muy conscientes y demostrar con sus actos, con hechos, la vocación de servicio. Y si ello no está internalizado en quienes pretenden gobernar, todo quedará en la nada, en divisiones, en apetencias particulares, en solo satisfacer la propia gloria y /o el bienestar de grupos de amigos, partidos o sectores. En síntesis, todo seguiría en más de lo mismo. Ya que todos sabemos que no se puede dar lo que no se tiene.

Miguel Ángel González Fidani

El ejército de los invisibles

La creciente cantidad de jóvenes de 18 a 30 años (más, incluso) que se ven obligados a posponer su vida debido al desempleo de estos últimos años (10 años o más) que recurren al trabajo informal (“pucherar”) debido a la falta de empleo real o no ser hijo de, amigo de, conocido de... pero que cuentan con las capacidades (estudios) y el ingenio, pero no la suerte ni la oportunidad. Estos jóvenes posponen su vida, incluso llegan a  no formar parejas , a no tener hijos y mucho menos salir de la casa paterna por el miedo a no poder subsistir, problemas de violencia en la familia. Muchos jóvenes (no tan solo clase baja sino también clase media) incluso llegan a aislarse del mundo social por la vergüenza de no formar parte del mercado laboral real.  Ellos son el ejército de los invisibles.

Emiliano Calma

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