Selección nacional: tomó aire; ahora va por más

Argentina logró su primera victoria y se aseguró un lugar en cuartos, pero aún debe mejorar.

SE SACÓ LA MUFA. Agüero no había podido marcar en esta Copa y ayer tuvo varias oportunidades. Por eso, cuando marcó el 2-0 lo celebró con todo; el “Kun” también se sacó un peso de encima.  reuters SE SACÓ LA MUFA. Agüero no había podido marcar en esta Copa y ayer tuvo varias oportunidades. Por eso, cuando marcó el 2-0 lo celebró con todo; el “Kun” también se sacó un peso de encima. reuters

Costó, sí; demasiado. Pero Argentina sigue con vida en la Copa América de Brasil. El 2-0 sobre Qatar fue algo más sufrido de lo que indica el marcador final. A la Selección le costó mucho sufrimiento evitar quedar al margen en primera ronda, lo que hubiera significado uno de los peores mazazos de los últimos años.

Acá hay que entender de una cosa; Argentina ya no es esa potencia mundial que se llevaba por delante a cualquier selección de américa gracias al peso de su camiseta o al de sus múltiples individualidades.

El grupo liderado por Lionel Messi y esa camada de “históricos” que llevó al seleccionado a tres finales en los últimos cinco años se fue minando de a poquito con el correr de los años, y ahora sólo queda darle tiempo al inevitable recambio generacional.

Por eso, haber logrado meterse entre los ocho equipos que jugarán la etapa decisiva de la Copa no es algo que se pueda despreciar; mucho menos dejar pasar por alto.

En otros tiempos, un duelo contra la modesta Qatar hubiera significado poco más que un trámite. Pero ayer, en el fantástico Arena Do Gremio, Argentina debió transpirar para superar a los asiáticos. Tal es así que pese a ponerse rápidamente en ventaja (Lautaro Martínez marcó el 1-0 a los 4’ de juego), la tensión en el ambiente fue total hasta los 36’ minutos del complemento, cuando Sergio Agüero recibió una linda habilitación de Paulo Dybala y marcó un gol marca registrada suya.

Recién en ese instante explotó el banco de suplentes, se abrazaron todos y los auxiliares también festejaron mirando al cielo; todo un signo de la angustia que había en el ambiente.

Mucho se habló en la previa de que Lionel Scaloni debía modelar el equipo a futuro, pero ayer sólo debía ganar para desahogarse y sacarse esa mochila de un millón de toneladas que tenía sobre sus espaldas. Era algo muy difícil que ayer se pudiera haber visto un equipo que llene los ojos futbolísticamente; y los hinchas también deberán tomar consciencia que durante este torneo no habrá que pedir lujos.

Ayer el DT volvió a su apuesta; esa que le había dado buen resultado en los primeros 20 minutos del complemento ante Paraguay y que, inexplicablemente, dejó sin efecto luego de empatar ese duelo: tres delanteros (Messi-Martínez-Agüero).

Le salió bien la jugada a Scaloni; o por lo menos le permitió lograr una victoria clave para dejar atrás la angustia y la presión de los últimos días.

Pero eso no alcanza. Porque una vez más Argentina fue de menos a más. Comenzó con todo y se fue diluyendo. El medio fue una zona sin peso en la contención y con pocas luces a la hora de generar fútbol; y para colmo atrás volvió a entregar algunas licencias peligrosas.

Argentina ganó, se clasificó a cuartos y ahora viajará a Río de Janeiro donde intentará dejar en el camino a Venezuela. Para eso debe mejorar, no alcanza sólo con el trío de ataque; pero esta victoria le da aire para poder reinventarse con algo de paz.

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