Se vinieron desde Mendoza en un motorhome a ver a sus familiares internados

El hijo de un matrimonio que viajaba en el ómnibus de la tragedia decidió poner en marcha su casa rodante para llevar a sus padres a casa. A la espera del alta.

Entre la repentina neblina de esta mañana y las ambulancias que entraban y salían del Hospital Padilla, un vehículo se destacaba entre los estacionados en la cuadra de la guardia. Era un motorhome imponente, con las luces encendidas, tal vez por el apuro de bajarse corriendo a ver cómo estaban sus familiares. Efectivamente, pertenecía a un conductor mendocino, que vino a ver cómo estaban sus padres.

Una llamada de teléfono, de una de las hermanas, desató el drama. En el ómnibus que viajaban los jubilados mendocinos iban su hermana y su cuñado, Lucrecia Liendo y Héctor Cisterna. "En la empresa no sabían nada y en los diarios mendocinos no decían nada. Nos enteramos por el diario de ustedes, por LA GACETA", contó Mónica Liendo.

En la desesperación por no saber el estado de salud de sus familiares, comenzaron a moverse en Mendoza y a planificar un viaje urgente a Tucumán. Leonardo Cisterna, hijo del matrimonio de turistas, había pensado en tomarse un avión hasta Córdoba y desde ahí manejar hasta Tucumán, pero finalmente decidió poner en marcha su motorhome y manejar 12 horas para venir a ver a sus padres.

"No tuvimos comunicación oficial de los responsables. Mis amigos de Tucumán y de Santiago localizaron a mis padres y ellos nos contaron que estaban bien, dentro de todo, y que podíamos venir a buscarlos", contó Leonardo. Él conoce las rutas tucumanas porque ha visitado varias veces la provincia para asistir a los encuentros de Harley Davidson.

Con la seguridad de que sus papás estaban vivos, Leandro se lanzó al camino con dos de sus tías. "Preferí venirme en el motorhome porque los quería llevar de vuelta lo más cómodos posibles", contó el hijo, mientras esperaba que le dieran el alta a su mamá, que fue rescatada del ómnibus a duras penas por su propio marido.

Hasta el cierre de esta nota, los familiares de Liendo esperaban a que le dieran el alta, porque estaba estable y sin complicaciones. Héctor, su marido, sólo decía que quería volver a casa.

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