El saber no ocupa lugar: las academias de la UAR

Desde la organización afirman que el cambio de Pladares responde a una doble intención: moldear el talento y derramar conocimiento en los clubes.

VISITA. Mario Ledesma, head coach de Los Pumas, brindó una capacitación en Tucumán hace algunos meses.  VISITA. Mario Ledesma, head coach de Los Pumas, brindó una capacitación en Tucumán hace algunos meses.

Después del histórico bronce mundialista de 2007, una palabra extraña se sumó al vocabulario frecuente del rugby argentino: Pladar, abreviatura de “Plan de Alto Rendimiento”. Básicamente, consistía en profesionalizar la estructura nacional -hasta entonces amateur- con el fin de que Los Pumas pudieran jugarle de igual a igual a las potencias sin tener que encomendarse a la aparición de una generación dorada formada fuera de sus fronteras.

Sin embargo, en los últimos tiempos, esa palabra fue reemplazada por otra: Academia. Según explica Francisco Rubio, Gerente de Rugby de la UAR, el cambio denombre no se limita a un aspecto estético, sino que intenta reflejar algo, un cambio de enfoque.

ENFOQUE. “Queremos un ida y vuelta entre la UAR y los clubes”, dice Rubio. ENFOQUE. “Queremos un ida y vuelta entre la UAR y los clubes”, dice Rubio.

“El concepto es más abarcativo. En la Antigüedad, las Academias eran donde se desarrollaba y se impartía el conocimiento, y eso es lo que se busca ahora: desparramar el conocimiento que hemos adquirido hacia los clubes, por medio de capacitaciones en todo el país”, comenta “Pancho”, cabeza de la estructura. “Cuando empezó el Plan de Alto Rendimiento, se focalizó mucho en los jugadores, tratando de llevarlos al mismo nivel que los de las potencias. Hoy, sin dejar de perseguir esa meta, queremos que sea más integral, como un círculo. Que haya una retroalimentación con los clubes que genere mejores resultados en todos los niveles”, amplifica Rubio.

Entonces, a través de las Academias se intenta atender un reclamo que desde hace mucho sostienen los clubes: que la UAR se sirve de los talentos formados en ellos para hacer frente a la alta competencia, sin derramar debidamente los recursos económicos que ésta genera hacia la base de la estructura, que son precisamente los clubes.

Detección

Argentina no es un país acostumbrado a esperar. Sin embargo, los éxitos deportivos (el subcampeonato de Jaguares en el Súper Rugby, el cuarto puesto de Los Pumitas en el Mundial M20, los títulos de Argentina XV a nivel americano y la clasificación de los Pumas 7’s a los Juegos Olímpicos de Tokio, sólo por mencionar los más recientes) son cualquier cosa menos casualidad o suerte: son frutos de ese largo proceso que empezó con el Pladar, allá por 2008. De hecho, en las esferas nacionales ya resulta molesto leer titulares que hablan de “hazañas”, “batacazos” o “milagros”, porque le atribuyen a la garra Puma o a la buena ventura de un día determinado el mérito que le corresponde a todo ese trabajo, coordinado, paciente y constante que se lleva a cabo semana a semana en esas factorías de Pumas, Jaguares y demás llamadas Academias.

Ahora bien, ¿en qué consiste ese trabajo? En ellas, los jugadores y jugadoras que han sido seleccionados medio un sistema de detección, reciben entrenamientos específicos e intensos, nutrición, preparación física, rehabilitación (en caso de lesiones) e incluso se hace un seguimiento de sus estudios.

“Dado que nos resulta imposible evaluar a todos los jugadores que hay en el país, se montó una red de detección. Los managers de las Academias tienen un contacto directo con los Directores de los Centros de Rugby, y a su vez estos tienen un contacto directo con los entrenadores de las diferentes divisiones de sus clubes. Sobre la base de un perfil que hemos elaborado sobre lo que buscamos en jugadores para el alto rendimiento, se van detectando quiénes se ajustan a ese perfil, en mayores y juveniles”, detalla “Pancho”.

Ampliar la base

Actualmente, y desde hace varios años, el rugby argentino a nivel nacional se encuentra en plena expansión de sus horizontes competitivos, tanto en cantidad como en calidad. Al Rugby Championship se le sumó el Súper Rugby, el Américas Rugby Championship, la Currie Cup, entre otros. Lógicamente, se hizo necesario incrementar la base de jugadores en condiciones de acoplarse a los diferentes equipos de la UAR: Los Pumas, Jaguares, Pumas 7’s, Pumas femenino, Pumitas, Argentina XV y Jaguares XV.

A pesar de que a partir de 2020 se echará a rodar la Liga Americana, la primera competencia profesional en la región, Rubio indica que el sistema de la UAR cuenta con suficientes jugadores en condiciones para afrontar toda esa batería de competencias. “No creemos que haya ninguna necesidad de ampliar la estructura: con cinco Academias y 17 Centros de Rugby en el país estamos bien -apuntó-. Sí sentimos que debemos seguir recorriendo el país, difundiendo y capacitando”.

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