Es una historia que se repite con frecuencia en los últimos años. El problema del transporte público desvela a los tucumanos, especialmente a los usuarios que a partir de hoy deben abonar $ 24 para viajar en las líneas de colectivos que cubren ese servicio en San Miguel de Tucumán, por decisión del Concejo Deliberante capitalino. Otro tanto ocurre con el boleto de los interurbanos, esta vez por aprobación de la Dirección de Transporte de la provincia. Como si eso fuera poco, la tarifa de taxis también cuesta más cara: la bajada de bandera pasa de $ 25 a $ 30, mientras que la ficha cada 100 metros sube de $ 2,50 a $ 3.
Los ediles decidieron modificar la ordenanza 400/79, y declararon al servicio público como “esencial”, es decir que la prestación no puede interrumpirse y las empresas concesionarias deberán garantizar su continuidad. Si transcurrieran 48 horas sin servicio, la Municipalidad podrá caducar las concesiones automáticamente. Esta medida, cuya importancia, no es menor, es consecuencia de los paros de los choferes que dejaron sin servicio a 300.000 tucumanos.
“Viajo todos los días en el 122 y el 121. Vivo en Banda del Río Salí. Los colectivos son una mugre, tienen los vidrios de las ventanillas pegados con siliconas para que queden fijos. Es una desolación impresionante que vuelva a subir algo que funciona tan mal”, detalló una vecina, a quien no dejaron presenciar la sesión del Concejo. “Soy jubilada del comercio, cobro la mínima, trabajo de maestra a domicilio y vendo artesanías. Tomo todos los días el colectivo: este aumento es brutal”, renegó otra mujer.
Da la impresión que a la hora de encarecer el boleto, los representantes del pueblo no recuerdan que las deudas de los empresarios del transporte público de pasajeros con los usuarios datan de hace varios años, tales como la falta de cumplimiento de la Ley Provincial 7.811, promulgada en 2006, que obligaba a las empresas a incorporar en forma progresiva unidades con adaptación para ingreso y egreso en forma autónoma, segura y con espacio suficiente que permitiera la ubicación en su interior de personas con movilidad y comunicación reducidas, especialmente usuarios de sillas de ruedas, hasta llegar, por lo menos, a la renovación de un 50% del total de la flota. Tampoco han incorporado aire acondicionado en las unidades -excepto contadas excepciones- para mitigar los insoportables calores del verano. La higiene deja mucho que desear en muchas de ellas y el incumplimiento de la frecuencia horaria provoca a diario el enojo de los pasajeros. Pero también es lamentable que la autoridad no controle debidamente este servicio y siga permitiendo estas irregularidades.
Con la actual suba, un empleado de comercio que viaje cuatro veces diariamente de lunes a sábado gastará $ 2.304 mensualmente. Una vez más llama la atención de la rapidez con que se otorgó el incremento tarifario. Hay puntos poco transparentes en este asunto. Para justificar el pedido de un boleto a $ 37, la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán expresó que habían presentado un estudio de costos realizado por la Universidad Nacional de Tucumán, que sin embargo, no tuvo difusión pública. El presidente del Concejo dijo hace una semana que iba a requerirle al municipio un estudio. Lo cierto es que se desconoce si este aumento responde a un método que exprese matemáticamente, de acuerdo con los costos, que el boleto debe ser de equis importe o si es político. Lo lamentable es que la víctima siempre es el usuario que, paradójicamente, con su bolsillo sostiene a los empresarios y a los representantes del pueblo.