San Martín logró resultados idénticos en los dos amistosos que disputó el supuesto equipo titular. A Gimnasia de Jujuy y a Mitre de Santiago los venció 1 a 0, por la mínima, con goles de sus nuevas “figuritas”: Matías Fissore y Sebastián Matos, respectivamente.
Justamente, esos resultados en los primeros juegos de cortesía ofrecen algunos ítems a tener en cuenta de cara al inicio de la nueva temporada. Quizás se hace complicado analizar el rendimiento de un equipo en medio de una pretemporada, pero lo que mostró el “Santo” en estos dos juegos puede diferenciarse bien entre lo “negro” de lo “blanco”.
De mitad de cancha hacia atrás, el nuevo San Martín parece estar cerca de llegar a lo que pretenden Favio Orsi y Sergio Gómez. El equipo aún no recibió goles en contra y eso es una gran noticia, teniendo en cuenta que durante la última temporada, estuvo en el ranking de los más equipos con más goles en contra.
Los entrenadores parecen haber encontrado la fórmula para evitar que los rivales se acerquen a Ignacio Arce, el arquero que parece comenzar a adueñarse de la “1”.
Fissore y Juan Mercier se transformaron en el primer filtro; y así ayudan en gran parte a Pier Barrios, Rodrigo Moreira, Abel Luciatti y Lucas Diarte, los encargados de salvaguardar la primera línea.
Pero en el hecho de bloquear los caminos hacia su meta, San Martín encontró un déficit a la hora de generar peligro sobre el arco adversario. Sí, el histórico dilema de la manta corta reaparece una vez más; ahora en Bolívar y Pellegrini.
En lo que se refiere a generación de fútbol, aparecieron dos intérpretes que mostraron buenas intenciones durante la pretemporada: Nicolás Castro y Claudio Mosca.
Ambos quedaron en el podio de los rendimientos en el primer amistoso y “Nico” también fue de lo mejor el pasado viernes (Mosca no jugó debido a una molestia muscular).
Pero claro, no alcanza. “Estamos buscando un generador de juego, preferentemente derecho”, avisó Gómez hace unos días sobre lo que pretenden reforzar, dejando en claro que buscan algo más en ese aspecto.
Quizás en busca de soluciones, encuentren algo más de desequilibrio ubicando a Gonzalo Rodríguez como delantero y no como volante, algo que nunca sintió.
Lo cierto es que la pretemporada va dejando enseñanzas y, mientras buscan algún refuerzo más para cerrar el plantel, en San Martín saben que hay cosas que marchan viento en popa y otras a las que hay que pulirlas cuanto antes.