En la avenida de Circunvalación hay 100 cruces ilegales que usan carros y animales

Según la Policía es una problemática difícil de erradicar. Este año hubo ya siete accidentes.

PELIGRO CONSTANTE. Esta es una imagen cotidiana en la ruta 307, que va a los Valles, con animales pastando en la banquina y que cruzan la ruta. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL.- PELIGRO CONSTANTE. Esta es una imagen cotidiana en la ruta 307, que va a los Valles, con animales pastando en la banquina y que cruzan la ruta. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL.-

Existen senderos naturales, en los cuales burros, caballos, vacas y cabras se desplazan habitualmente. Ese ganado pertenece a pequeños productores, que lo llevan a pastar, pero que termina deambulando libremente. En su andar, los animales sueltos cruzan las rutas, como sucede en la 307, entre otras. A oscuras, con neblina o lluvia, ese cóctel puede ser letal. Y eso fue lo que pasó en la ruta 9, en la madrugada del 16 de julio: a la altura de Choromoro, tres vehículos se accidentaron cuando se les cruzó un caballo, lo que dejó un saldo trágico, de dos muertos y varios heridos.

Cerca de la ciudad hay sectores que se han vuelto aún más peligrosos, como la autopista de Circunvalación. Allí se abrió un centenar de cruces ilegales hechos por carros y sus respectivos animales. Y eso -sostienen expertos- es casi una exclusiva característica tucumana. Ambas situaciones, que suceden desde hace décadas, son difíciles de erradicar, sostiene la Policía.

“Hace falta colaboración de los ciudadanos. Porque los animales que cruzan las rutas son innumerables. Muchos están sin marca. Necesitamos que si los ven, avisen al puesto policial más cercano o llamen al 911”, dijo Jorge Mastafá, director de la Policía Vial, quien confirmó que en lo que va del año se detectaron unos siete siniestros con animales sueltos involucrados. Mastafá dijo que las rutas más peligrosas son la 311 (a San Pedro de Colalao), la 338 (a San Javier), la 307 (a los Valles), la 308 (a Escaba) y la nacional 65 (a Las Estancias).

Mastafá, que es licenciado en Accidentología, explicó que hay dos leyes que los amparan para poder trabajar con respecto a este tema. Por un lado, la Ley Nacional de Tránsito (24.449), que en su artículo 48 inciso S resalta que está prohibido dejar animales sueltos y arrear hacienda, salvo que se haga por caminos de tierra y fuera de la calzada. Mientras que la ley provincial 3.487 autoriza a la Policía local a efectuar batidas para detectar animales sueltos en las rutas provinciales y nacionales, y a secuestrarlos y transportarlos al lugar que se designará para su depósito, donde serán retenidos hasta su retiro por el propietario, previo pago de multa.

“Existe una evidente negligencia y desaprensión de parte de los dueños de los animales que no toman los recaudos suficientes para tenerlos bajo control. La Dirección de Seguridad Vial ha realizado diversas charlas en comunas y en escuelas para que se tome conciencia sobre la gravedad que representan estos animales en las vías de circulación”, añadió Mastafá.

Por su parte, el director de Investigaciones de Delitos Rurales y Ambientales, Raúl Villafañe, sumó que en ese trabajo de concientización trabajaron con la Sociedad Rural para explicar a pequeños productores sobre la importancia de que no dejen sin marca sus animales y que no los tengan en campos abiertos. Las respuestas que recibieron estuvieron llenas de excusas, confesó: “decían que en esta época les preocupa la falta de alimento y que por eso los sueltan, o que los animales se escapan saltando alambrados”. Por último, resaltó que sí hacen recorridos todos los días para aplicar las leyes. Los últimos secuestros se efectuaron en la ruta nacional 9, desde El Cadillal hasta Tapia; en la ruta provincial 341, hasta Raco; y en la provincial 340, desde Raco hasta San Javier. Pudieron amarrar nueve animales.

Para la Dirección de Vialidad Nacional no hay provincias que se destaquen por su efectividad en los controles de animales sueltos, y señalan que Tucumán tiene una característica que les llama la atención. Francisco Carlos Bloser, gerente de la Región NOA de la DNV, dijo que contabilizó en la autopista de Circunvalación unos 100 cruces ilegales, que tienen que ver con los animales y los carros tirados por caballos. Si bien Vialidad Nacional coloca alambrados a medida que van concretando una nueva traza de una ruta, el mantenimiento de esas cercas -resaltó- la deben hacer los frentistas.

Lo que se debe hacer

Para Jorge Rodríguez Robledo, abogado auxiliar en seguridad vial, hay una asignatura pendiente del Estado: crear una política pública integral sobre seguridad vial, que para el letrado no existe. “Hay que concientizar, por un lado, a los conductores de distintos vehículos para que respeten los límites de velocidad (un rodado a más de 90 km/h se torna ingobernable). Por otro, concientizar al propietario de animales para que se responsabilice. El ganado debe estar en la propiedad. De salir a la vía pública deben estar bajo estricta guarda y custodia. Un animal suelto en la estructura vial es un peligro latente”, detalló. Agregó que es una locura que todavía haya cartelería que indique “zona de animales sueltos”. Es por ello que las fuerzas de seguridad deben actuar en ese sentido, reteniendo esos animales sueltos.

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