El Siprosa ha dejado el camino preparado para que comiencen a presentarse protocolos de investigación médica con cannabis. Hasta el momento se han enfocado en dejar marcado el rumbo administrativo que deberá seguir un trabajo de este tipo para contar con una eventual autorización para experimentar con derivados de cannabis sativa en humanos.
Por el momento, el Ministerio de Salud no ha propuesto ni desarrollado ninguna investigación sobre medicina cannábica, pero la Ley nacional de Cannabis Medicinal ha dejado abierta la puerta para que investigaciones científica y médicas, entonces es de esperar que en cualquier momento llegue un pedido de autorización para hacerlo.
"Tenemos listos todos los mecanismos internos para que cuando lleguen protocolos de investigación, que pueden ser médicas, agronómicas, o de diversas disciplinas, le podamos dar curso. Este tipo de proyectos son previamente evaluados por un comité de ética y otro comité de metodología, para garantizar que se haga según el método científico", Marina Azucena Gandur, encargada del Departamento de Vinculación Tecnológica del Siprosa.
El incremento en el consumo de aceites y otros pruductos derivados del cannabis, comprado sin control estatal de ninguna clase y vendido de manera clandestina, ha apurado los trámites en el Ministerio de Salud para tratar este tema y articular con otros organismos del Estado, necesariamente involucrados en la producción y el consumo de la planta y sus productos.
Todos hemos tenido que cambiar un poco de paradigma y ser más empáticos con el tema, tratar de comprender que para algunas personas es una necesidad muy concreta
"La ley nacional claramente es incompleta, porque autoriza por un lado pero no regula ni da pautas, y sigue prohibiendo la sustancia por el otro. Nosotros no podemos fomentar el uso de los aceites porque no está dentro de la ley, pero tampoco podemos desconocer que hay gente que lo usa y siente mejoras, entonces va a seguir usándolos", puntualiza.
Hay gente desesperada porque se agilicen los trámites y se pueda comenzar a comprar aceite bueno y seguro, sostiene Gandur, pero también advierte que los prejuicios en torno al cannabis muchas veces demoran las investigaciones. "Hay gente que te dice que le resulta imprescindible para sus dolencias y otros que te miran como si estuviéramos hablando de narcotráfico. Todos hemos tenido que cambiar un poco de paradigma y ser más empáticos con el tema, tratar de comprender que para algunas personas es una necesidad muy concreta", destacó.
Cuenta Gandur que cuando el consumo y la venta de productos cannábicos comenzaron a explotar por todos lados, la ministra de Salud, Rossana Chahla, le instruyó abordar el tema. "Soy de las pocas ingenieras agrónomas del Siprosa y como se trata de un fitoterápico, me asignaron la tarea a mí. Es fundamental informarse y trabajar en conjunto con las áreas de Seguridad, Producción, con los colegios profesionales y con las asociaciones de pacientes para organizar esto de la mejor manera y segura posible".
Entre las necesarias vinculaciones que tiene el Siprosa para abordar el uso fitoterápico de cannabis figuran el laboratorio LISA, de la Facultad de Bioquímina (UNT), que tiene equipos para analizar la composición de las sustancias de interés medicinal que se consumen en el mercado, entre ellas el aceite de cannabis.
Gandur considera que con justa razón la ciencia y la medicina piden más pruebas de la efectividad, de las formas de uso y de la seguridad de los fitoterápicos de cannabis. "Por eso tenemos que investigar, comenzar cuanto antes. Y, mientras tanto, educar a la población sobre su uso, explicar que no todo el mundo puede consumirlo y que no se puede consumir cualquier cosa", finalizó.