Alternativas para la soja con precios volátiles y menor rentabilidad

Mario Devani y Daniela Pérez (Programa Granos Eeaoc), también analizan el impacto de las políticas y los efectos del cambio climático.

EFICIENCIA. Diversos son los factores que afectaron la rentabilidad de la soja a través de los años, los cuales son analizados por los técnicos de la Eeaoc. EFICIENCIA. Diversos son los factores que afectaron la rentabilidad de la soja a través de los años, los cuales son analizados por los técnicos de la Eeaoc.
03 Agosto 2019

¿Complejizar la producción sería la mejor respuesta frente a precios volátiles y a una menor rentabilidad de la soja?, plantean los ingenieros Mario Devani y Daniela Pérez del Programa Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán. Del trabajo de investigación que realizaron, surgen las siguientes conclusiones.

* En general: La menor rentabilidad en la producción local de soja, en alguna medida, deviene de un esquema productivo que hoy se está revisando. Durante casi dos décadas, muchas de las estrategias de manejo del cultivo buscaron homogeneidad en los procesos e, inicialmente, la productividad aumentó. Pero luego se mantuvo agregando insumos y asumiendo un costo energético elevado e insostenible en el tiempo.

Por supuesto, también tienen una incidencia importante las políticas que afectan al sector: por ejemplo, las retenciones para los granos, medida que en el caso del NOA tiene más impacto por sus mayores costos y variabilidad del rinde. Las retenciones condicionaron durante mucho tiempo la siembra de maíz, cultivo indispensable para la sustentabilidad de los sistemas de la región.

Se suman a la problemática los efectos del cambio climático que inciden en la producción, generando pérdidas en las cosechas, interfiriendo en la regulación de las poblaciones de organismos nocivos y benéficos; con el consecuente impacto en la oferta de granos y en sus precios, tal como ocurre con el precio de la soja en la campaña 2018/19. Comparando los precios, en junio de 2018 tuvo una cotización promedio de U$S 283/t, y en junio de 2019 de U$S 225/t, lo que indica una caída del 21% del precio en el mercado doméstico. La comparación para mayo de 2019, mes de inicio generalizado de la cosecha local, implica una merma del 28%. Vender en el mercado de futuro, durante 2018, fue una alternativa para morigerar la caída, ya que la posición de mayo de 2019, durante meses, registró valores superiores a los de junio del corriente año.

* Con respecto a los gastos: Considerando desde el barbecho a la cosecha, serían del orden de U$S 330/ha. Mirando más en detalle, los servicios de siembra, cosecha, aplicaciones y flete tuvieron incrementos diferenciales según el análisis que se haga. En pesos hubo variaciones de entre 60 y 90%; en dólares los aumentos fueron inferiores al 10%; mientras que en términos de kilos de soja los incrementos fueron del orden del 40%. Salvo los fertilizantes y la semilla, los agroquímicos no tuvieron variaciones importantes en dólares. Los gastos de administración disminuyeron en dólares.

El rinde de indiferencia representa las toneladas de soja que pagan los costos. Considerando un precio de la soja de U$S 225/t, el rinde de indiferencia en 2018/19 ascendió a 2,2 t/ha en tierra propia y a 2,8 t/ha en tierras arrendadas, un 20% más que la campaña pasada.

* El Índice RIC% (rendimiento de indiferencia comparado %): Presenta una idea de qué tan rentable fue la campaña. Es una comparación porcentual entre el rendimiento promedio de la provincia y el rinde de indiferencia. En base a los resultados de la encuesta de fin de campaña para soja que realiza la Estación Obispo Colombres, el rendimiento promedio para Tucumán en 2018/19 se estimó en 3 t/ha, valor que está por arriba del promedio histórico y que en alguna medida neutraliza la caída del precio. Para el promedio de 3t/ha y los rindes de indiferencia de 2,2 y 2,8 t/ha, el RIC% toma valores de 30% y 7%, según se trate de producción en tierra propia o en arriendo.

Las encuestas

Para hacer más visual al RIC%, se le asignó una escala porcentual asociada a colores. Los valores positivos asumen distintas gamas de verde y los valores negativos van del amarillo al rojo, por lo que esta campaña, según su rinde promedio RIC% de Tucumán, sería verde.

Sin embargo, los datos de la encuesta también indican diferencias importantes entre productores y departamentos de la provincia. Hay rindes promedios de 1,8 t/ha, y otros de 3,7 t/ha, por lo que el RIC% de algunas zonas es rojo, mientras que otras es verde oscuro, como se observa en la Tabla.

La variación del rinde por hectárea, en muchos casos, está asociada al manejo del cultivo.

Rindes más altos se relacionan al aumento de la complejidad en los sistemas productivos; es decir, de la diversidad y de la intensificación, con continuidad en la rotación soja/maíz, inclusión de trigo, garbanzo o un cultivo de servicio en invierno, y también con el cuidado de la fertilidad, entre otros factores.

Es importante considerar que la producción granos es un sistema que está contenido y contiene otros sistemas, por lo que su naturaleza es compleja. Alcanzar sustentabilidad y desarrollar sistemas de producción más resilientes, requiere volver a la complejidad: diversificando e intensificando; conociendo los procesos productivos, económicos, comerciales, y comprendiendo los principios y patrones de organización que usa la naturaleza para mantener el equilibrio. Los tiempos de la naturaleza no son necesariamente los de la economía ni los de la tecnología. En este sentido, producir dentro de un paradigma que considere la sustentabilidad y promueva acciones sistémicas que equilibren los balances ambientales, sociales y económicos, es de vital importancia. Algunas herramientas que pueden contribuir al nuevo paradigma productivo son trabajar para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible (ODS), adoptar buenas prácticas, la trazabilidad de productos, la disminución de la huella ecológica y la bioeconomía.

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