CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco animó a los sacerdotes de todo el mundo a “dar la cara” ante la crisis de abusos en la Iglesia. En una carta enviada a los sacerdotes, reclamó el “compromiso de todos” para luchar contra los abusos sexuales, una de las grandes crisis que enfrenta su pontificado.
La misiva está dividida en varios apartados (Dolor, Gratitud, Ánimo y Alabanza) y comienza recordando a aquellos presbíteros que “sin hacer ruido lo dejan todo para estar empeñados en el día a día de sus comunidades”.
En ella, destaca a los curas que “trabajan en la trinchera”, y “dan la cara continuamente”.
“Estamos comprometidos con la puesta en marcha de las reformas necesarias para impulsar, desde la raíz, una cultura basada en el cuidado pastoral de manera que la cultura del abuso no encuentre espacio para desarrollarse y, menos aún, perpetuarse”, señaló el Pontífice.
Transparencia
“Si en el pasado la omisión pudo transformarse en una forma de respuesta, hoy queremos que la conversión, la transparencia, la sinceridad y solidaridad con las víctimas se convierta en nuestro modo de hacer la historia y nos ayude a estar más atentos ante todo sufrimiento humano”, afirma en el texto.
La nueva misiva ahonda en la idea de la “Carta al Pueblo de Dios” de hace un año, consignó el diario español “El País”, en la que el Papa pedía “erradicar esta cultura de la muerte”, después de que un informe revelara un millar de casos de abusos sexuales de clérigos en Pensilvania.
Desde entonces, el Vaticano ha puesto en marcha una serie de medidas, que muchas víctimas consideran insuficientes, para acabar con los abusos en la Iglesia y garantizar protección y atención a los damnificados.
En febrero, Jorge Bergoglio reunió a los presidentes de conferencias episcopales del mundo para comprometerlos con la lucha contra la pederastía.
Más tarde, el Papa elaboró leyes, que incluían disposiciones más duras que las que estaban en vigor. Una de ellas tiene vigencia solo en la ciudad del Vaticano y la otra, para toda la Iglesia, impone el deber de denunciar ante las autoridades eclesiásticas y equipara el delito de encubrimiento al de abuso.
La nueva carta también contiene palabras de aliento. El Papa los anima y agradece su labor. “Se sienten ridiculizados y culpabilizados por crímenes que no cometieron”, señala. Y añade: “Sin negar y repudiar el daño causado por algunos hermanos nuestros, sería injusto no reconocer a sacerdotes que, de manera constante y honesta, entregan todo lo que son y tienen por el bien de los demás”. (Télam-Especial)