Características que favorecen al patógeno

La infección ocurre en cualquier estado fenológico, con tiempo fresco y húmedo.

EL CULTIVO. La infestación ocurre en cualquier estado fenológico. EEAOC EL CULTIVO. La infestación ocurre en cualquier estado fenológico. EEAOC
10 Agosto 2019

El síntoma de “roya amarilla” se manifiesta mediante la formación de pústulas de 0,5 a 1 mm de longitud. Estas se disponen alineadas a lo largo de la nervadura de la hoja, formando lesiones alargadas (estrías). Las pústulas (uredosoros) rompen la cutícula para desprender las esporas (urediniósporas o uredósporas), las cuales tienen un color amarillo o anaranjado confiriendo el aspecto característico de este patógeno. El tamaño y la longitud de las estrías dependerá del tipo de infección y susceptibilidad varietal. Los síntomas se presentan tanto en las hojas basales como en las superiores y en un estado avanzado de la enfermedad, las hojas se secan prematuramente.

El patógeno

Puccinia striiformis f. sp. tritici es un parásito obligado, lo cual significa que sobrevive en tejido vegetal vivo. La dispersión se realiza a través del viento. Se generan esporas y una nueva infección en intervalos cortos (en unos 8 días). La infección ocurre en cualquier estado fenológico del cultivo con tiempo relativamente fresco y húmedo. Los factores ambientales más importantes para su desarrollo son alta humedad relativa, con presencia de agua libre, y temperatura óptima de 7ºC a 15ºC.

Comportamiento

Entre todas las especies de royas que afectan a los cereales ésta es la más agresiva: puede provocar mayores pérdidas de cosecha con idéntica severidad de síntomas. Hay estudios que atribuyen a la “roya amarilla” el doble de agresividad y pérdidas que las que provoca la “roya anaranjada o de la hoja” (Puccinia triticina). Las royas dañan por la reducción del área fotosintética y del desarrollo, lo que afecta la calidad del grano. Los granos son de menor tamaño, y producen pérdidas de rendimiento.

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