Los vecinos del barrio Jesús de Nazareth quedaron atemorizados luego del crimen de Benjamín Amaya, perpetrado el pasado jueves 8. Natalia Gallardo, una de las vecinas de la cuadra, dijo que ahora teme por sus niños. “Imaginese que Benja venía y jugaba con uno de mis hijos... estaba todo bien, era un chiquito sano y feliz. Ahora desconfío hasta de mis hermanos”, expresó la mujer.
Según contó, la familia del niño es muy unida y remarcó que jamás tuvieron problemas con nadie. “Desconozco qué pudo haber pasado o quién habrá sido que hizo esto pero juro que no puedo creer que hayan detenido a ese chico. Es conocido en todo el barrio y es re bueno, no sé... me parece muy extraño todo”, indicó.
Gallardo dijo que ahora trata de que sus hijos no salgan a la calle. “Pensé que si llega a ser culpable Claudio (Argañaraz), ya puedo desconfiar de cualquier persona. Uno ya no sabe con quién está compartiendo. ¡Dios mío!”, expresó Natalia.
Micaela, otra de las vecinas aledañas a la vivienda de la familia de “Benja”, también dijo estar sorprendida por toda la movilización policial del jueves a la tarde, cuando allanaron las casas de los familiares. Coincidió en que esa familia siempre se comportó muy bien con el resto de los vecinos. “Es una familia normal”, remarcó.
“Comenzamos a ver tanto despliegue de policías que también nos asustamos. Ojalá se sepa quién es el culpable cuanto antes, porque esto afecta a todos”, dijo.
Según información judicial, Claudio “Cococho” Argañaraz, de 37 años, hermano del abuelastro de Benjamín, fue citado a declarar ante la fiscal Adriana Giannoni y luego de algunas contradicciones, se ordenó su detención. “La investigación tuvo un inesperado giro, pero no termina aquí. Hay que seguir trabajando porque tenemos que seguir sumando indicios en contra del acusado”, había dicho el jefe de Policía, Manuel Bernachi, en una entrevista con LA GACETA dos días atrás.