07 Septiembre 2019
INAUGURACIÓN. Sebastián Murga ponderó el trabajo conjunto. LA GACETA / FOTO DE InÉs Quinteros Orio
El presidente de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), Sebastián Murga, hizo un balance del XXX Congreso Internacional de Técnicos de la Caña de Azúcar.
“La culminación del Congreso seguramente servirá para que el sector pueda tomar diversas experiencias en el mundo, para hacer más eficiente su actividad y para que el país y la sociedad entiendan que el mundo tiene otra visión de una actividad que genera no solo alimentos, sino también energía renovable, siendo este un camino sin retorno”, comenzó diciendo.
En el mundo, “la industria sucroalcoholera tiene una importancia transcendental que acá no se le da, y seguramente este Congreso servirá para que los que toman decisiones miren a esta actividad de otra forma y se den cuenta de que ese es el camino a seguir”.
Seguramente debemos ser conscientes de “que el día después del Congreso debemos seguir con la inercia que nos llevó a organizar este encuentro, y trabajemos de manera coordinada y con objetivos claros para que esta actividad mejore, sea sustentable, eficiente y limpia y nos provea de azúcar de calidad y energía renovable tan necesaria ahora y para el futuro a corto, mediano y largo plazo”.
Murga considera que “el desafío es saber cómo seguimos después de este Congreso y aprovechar todas las oportunidades que nos dio la presencia de unas 1.900 personas, que nos visitaron para brindarnos su aportes intelectuales, y hacia dónde se dirige el mundo”.
La demanda energética es cada vez mayor, al igual que la alimentaria, y en este Congreso vimos cuál es el horizonte. “Los visitantes nos mostraron las bondades de la agroindustria sucroalcoholera y hacia adónde se dirige. Está en nosotros encaminarnos a ese destino y aprovechar el crecimiento y desarrollo que podemos encontrar subiéndonos a ese tren”, dijo, y concluyó: “Debemos ser visionarios, y nosotros como Sociedad Rural debemos ayudar a tomar ese camino, para que el sector azucarero mire de acá a 20 o 30 años, y no desaprovechemos la oportunidad que este Congreso nos brindó.
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