Los chilenos exigen un nuevo pacto social

Las disculpas “por no escuchar” que pidió el presidente no alcanzaron para aplacar la indignación de los chilenos, que están pidiendo medidas de fondo en salud, educación y en el sistema económico. Aumentaron las denuncias por torturas y detenciones ilegales durante la represión.

POR LA FUERZA. En las calles, los manifestantes enfrentan a los militares y carabineros con hondas y piedras. reuters POR LA FUERZA. En las calles, los manifestantes enfrentan a los militares y carabineros con hondas y piedras. reuters
24 Octubre 2019

Las violentas escenas de la represión desatada para sofocar la rebeliónciudadana que mantiene en vilo a Chile desde el viernes pusieron en alerta a organizaciones defensoras de derechos humanos, que acumulan denuncias sobre torturas, disparos contra civiles indefensos, detenciones ilegales, abusos sexuales y maltratos. En medio de una militarización de ciudades como no se veía desde la dictadura de Augusto Pinochet, se vieron imágenes de militares y carabineros disparando y dispersando a manifestantes con tanquetas. En ese clima, el presidente Sebastián Piñera pidió disculpas y propuso medidas que siguen sin responder al reclamo de cambios de fondo, contó a LA GACETA la periodista chilena Patricia Morales, que analizó algunos aspectos del estallido social en ese país.

Medidas paliativas

Pedir perdón no alcanza

Sebastián Piñera pidió “perdón” por la falta de visión de los gobernantes en atender asignaturas pendientes, detonantes de las manifestaciones que estallaron en Chile hace una semana. Por primera vez, el presidente apareció con una postura distinta. En días anteriores había dicho que se trataba de hechos aislados de violencia, promovidos por un pequeño sector de la sociedad, en un intento de bajarle el perfil a un movimiento que atraviesa a toda la sociedad chilena. Por eso se valoró que asumiera culpas, pero después anunció una serie de medidas puntuales, que no responden al descontento general y que no cambian el sistema. No se habló de educación, en salud sólo propuso medidas paliativas.

Cambios de fondo

“No son los 30 pesos”

Las protestas que estallaron por el aumento del boleto de subte, se extendieron y profundizaron, al punto que el Gobierno tuvo que retroceder, pero ya era tarde. “Desde muchos lugares han contestado a Piñera: ‘no son los 30 pesos, sino los 30 años’, en referencia a que la gente está pídiendo un nuevo pacto social, un cambio en la Constitución y en el sistema económico del país -explicó Morales-. Sabemos que este cambio no será inmediato, pero al menos de esperaba que haya gestos que apunten a eso, y no sólo medidas puntuales, como subsidios y baja en el precio de los medicamentos”. Piñera sigue sin escuchar el reclamo de la clase media, consideró la periodista que estuvo cubriendo las movilizaciones.

Militares en la calle

Tras el toque de queda

Durante el día, las manifestaciones son en su mayoría pacíficas, contó Morales. Los enfrentamientos comienzan después de la hora del toque de queda, decretado por el Gobierno en los primeros días de marchas, y que se mueve cada día más temprano.  “Una de las formas que toma la protesta es no respetar el toque de queda”, relató. El martes, en la plaza Ñuñoa (Santiago de Chile), se empezó a juntar gente, hasta que aparecieron los militares disparando, sin previo aviso ni provocación. “Hay acusaciones graves, reconocieron cinco muertos a manos directas del Estado, pero son cifras que están actualizando el Instituto Nacional de Derechos Humanos y aún no hay números oficiales”, explicó.

Generando una grieta

Saqueos en la periferia

Los grandes supermercados cerraron sus puertas por temor a saqueos, pero los negocios pequeños sí están abiertos, indicó la periodista chilena Patricia Morales, por lo que no existe un peligro real de desabastecimiento. Sin embargo, están llegando denuncias de que los supermercados saqueados o incendiados son los de las zonas periféricas de la capital. “Muchos esstán denunciando que los carabineros y los militares dejan desprotegidos esos lugares a propósito, para poder así justificar el discurso de que los que protestan son lúmpenes, violentos que buscan generar caos”, para correr el eje del debate y no afrontar el problema de fondo, señaló Morales.

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