Existen palabras sensibles en los tiempos actuales en el deporte. Inclusión es una de ellas. No son pocos los clubes, las personas y las instituciones, que tomaron debida nota y hace tiempo sobre este tema. Se dieron numerosos pasos adelante y, aunque todavía queda mucho por hacer, a esta altura de los hechos, da la impresión de que se trata de un camino abierto a posibilidades infinitas.
Inclusion es un concepto teórico que hace referencia al modo en que quienes educan, enseñan o forman deben dar respuesta a la diversidad. La amplitud de su connotación, su alcance, y sus derivaciones, abren un campo excepcional. En este caso, tomaremos dos situaciones que remiten al rugby y que ocuparon un destacado espacio tanto en las páginas de LA GACETA, como en LAGACETA.com.
Desde hace poco más de tres años, Patricio Perondi y un grupo de amigos llevan adelante en la cárcel de Villa Urquiza una iniciativa avalada por el Ministerio de Seguridad y Justicia: “Un Pase a la Libertad”. Se trata de un programa de inclusión social, que se vale de los principios del deporte de la ovalada. Con él, enseñar a taclear o armar un scrum no es todo. La misión es transmitir valores, brindar alegría y dar amor a gente que no lo tiene.
Según aseguraron los responsables de UPAL, los primeros cambios que se notaron en los destinatarios de la iniciativa fueron físicos. También se percataron de una disminución de las adicciones. En suma, inculcar los valores del rugby les generó la esperanza de que esos cambios también se noten afuera, cuando los internos salgan en libertad y transmitan lo aprendido en sus casas y en sus barrios.
Otro hecho que moviliza y alienta la inclusión es la tarea que se desarrolla desde mayo de este año en Cardenales, a instancias de Pablo Varela. La entidad de avenida Silvano Bores se convirtió en la primera de Tucumán en formar un equipo de rugby para personas con discapacidad. Desde el comienzo, el proyecto generó un gran impacto, sumando a deportistas y a sus familias. Como parte de esa tarea, quienes llevan adelante la iniciativa se propusieron cerrar su primer año de actividad invitando a jugar en nuestra provincia a Pumpas XV, el seleccionado argentino de rugby de esta modalidad.
Más allá de que esta presencia pudo concretarse finalmente a partir de una fabulosa cadena de solidaridad que involucró a miembros del club, familiares, allegados y auspiciantes, lo importante es que la iniciativa no sólo contempla un encuentro deportivo. Los chicos visitarán clubes, confraternizarán y harán de la ocasión un acto inclusivo de alta escuela. Esto, sin olvidar que, como parte de las actividades, se brindará una capacitación gratuita en la Facultad de Educación Física, dirigida a padres y familiares de chicos con discapacidad.
A partir de estas iniciativas cargadas de compromiso, que toman como medio al rugby y a sus valores, que se desarrolle un sentimiento de inclusión social represente una soplo de aire fresco en medio del sopor que nos genera la vida cotidiana. Utilizar al rugby como herramienta de transformación social es tan válido, como confiar en que se pueden revertir muchos paradigmas instalados en la sociedad. Aquí se trata de reforzar valores indispensables, independientemente del contexto y del ámbito en que se desarrollen. De paso, generar conciencia sobre que la inclusión es un derecho de todos.