Tiene capacidad para 40, hay 94 detenidos y se amotinaron para ser llevados a la cárcel

Al menos 20 de los arrestados fueron ubicados en las oficinas de la ex Brigada.

CALMA. Los bomberos de la Policía en el patio del edificio de Junín al 800. la gaceta / foto de diego aráoz CALMA. Los bomberos de la Policía en el patio del edificio de Junín al 800. la gaceta / foto de diego aráoz

“Acá no hubo muertos de milagros. Nadie le da bola al tema, pero cuando se quemen unos cuantos, todos saldrán a golpearse el pecho. Acuerdese lo que le digo”, dijo indignada Mirta, una madre desesperada por saber qué había pasado con su hijo que estaba encerrado en un calabozo de la ex Brigada de Investigaciones (Junín al 800) donde están encerrados unos 74 detenidos, cuando el lugar tiene capacidad para 40. No tuvieron problemas los aproximadamente 20 reos que, por falta de espacio, son mantenidos en las oficinas de las diferentes dependencias del edificio.

Los incidentes comenzaron cerca de las 18. Los detenidos que estaban encerrados comenzaron a gritar por las condiciones de encierro que padecen. Empezaron a gritar y luego cumplieron con su amenaza de prender fuegos los colchones. Los guardias lograron controlar el incendio, pero fue una dotación de Bomberos de la Policía la que apagó las llamas.

Los revoltosos fueron rápidamente controlados con la llegada de personal del Grupo de Infantería de la Unidad Regional Capital y del Grupo Cero. “Le pegaron a los chicos como animales, le pegaron sin asco. No puede ser que sea así”, señaló Laura Herrera, hermana de un acusado de robo. “Los muchachos lo único que piden es que lo lleven a la cárcel. No puede ser que lo tengan encerrados así. Son humanos”, agregó la empleada doméstica.

Tensa calma

Con el correr de los minutos, los familiares de los detenidos fueron agolpándose en el portón de ingreso del edificio. La tensión se incrementó con la llegada de las ambulancias. El jefe de la Unidad Regional Capital Manuel Sosa se transformó en el vocero de la fuerza. “Les pido que se queden tranquilos porque no hay ningún herido grave. Estamos trabajando para darle toda la asistencia médica”, les avisó.

Luego de que se retiraran las ambulancias y los bomberos, personal de la Brigada realizó una requisa general y controló a los detenidos para que acomadaran sus pertenencias dentro del arresto. Los parientes, a los gritos comenzaron a reclamar que finalizaran los golpes a la gente. “Por favor les pido que se calmen porque no hay ningún tipo de castigo físico contra los arrestados. Y si no nos creen, les pido que revisen las imágenes de las cámaras de seguridad que están colocadas en la Alcaldía”, les recomendó el jefe de la Dirección General de Investigaciones.

El funcionario reconoció que el motín se inició porque los reclusos exigen ser trasladados a Villa Urquiza. “Allá estarán en mejores condiciones porque aquí no tenemos más espacio para albergarlos. Se está trabajando en una nueva ampliación de los arrestos como un paliativo, no una solución definitiva”, indicó Dib.

En su edición del domingo, LA GACETA había informado que la crisis carcelaria se estaba agravada. Cuando los fiscales Diego López Ávila y Adriana Giannoni en 2015 denunciaron el problema a través de un hábeas corpus a favor de los reos, los policías y los vecinos. Según explicaron, en las dependencias policiales contaban con poco más de 500 detenidos. Actualmente, según las últimas estadísticas de las fuerzas, estaría llegando a 1.000, sin contar los que fueron arrestados por contravenciones.

Durante tres años también estuvo en vigencia una Ley de Emergencia por la crisis carcelaria, pero nada de eso se hizo en todo este tiempo.

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