Cuando el trabajo es serio y responsable desde la parte dirigencial, y a ello se le suma el innegable aporte del talento de quienes salen a un campo de juego, se producen realidades como la que vive el golf tucumano profesional en el presente.
Andrés Schönbaum, presidente de la Asociación Argentina, puso de manifiesto hace algunas semanas, en una entrevista que le efectuó LA GACETA, el papel que juega Tucumán dentro del mapa golfístico argentino. Dijo al respecto que es una región de punta, con muchos golfistas, buenos clubes, buenos dirigentes: “Y ni hablar del talento de sus jugadores”, recalcó. A continuación, precisó con contundencia: “Tucumán es hoy por hoy el mejor semillero que tenemos. Por un lado está Nelson Ledesma, que ha llegado al PGA Tour; a Augusto Núñez al Korn Ferry Tour, a Andrés Romero, que sigue vigente, participando y ganando en todos los tours. Y también aficionados que han andado muy bien en los Interclubes. Tucumán genera muchos golfistas y muy buenos”.
Bien vale seguir con los dichos de Schönbaum. “Tucumán tiene, además, buenos campos. La verdad que Alpa Sumaj, en Yerba Buena, es una joyita. Siempre la mantienen bárbara para el Abierto del Norte, que lo han recuperado. Eso es muy destacable, porque en el contexto económico actual del país es muy difícil conseguir apoyo. Se comprometieron y lo hicieron. Por su parte, los profesionales de primera línea respondieron, fueron todos. Por eso creo que Tucumán es protagonista no sólo de su región, sino del golf nacional”.
Hace pocos días, Ledesma hizo los mismos elogios sobre el gran momento del golf tucumano. Agregó a la lista de Schönbaum a César Costilla, ganador del Ranking Argentino de 2019 del Tour de Profesionales. Y deslizó, con humildad, un comentario sobre su propio año. “Creo que me merezco este premio”. Lo dijo en ocasión de recibir el “Canillita de Oro” de LA GACETA al mejor deportista tucumano de la temporada. Una distinción que lo puso a la par de grandes deportistas, que a lo largo de los últimos 18 años fueron distinguidos por su calidad. Además, vale recordar que , horas después de esta distinción, el profesional de Las Yungas sumó otro lauro: el Olimpia de Plata, otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires.
El golf es, hoy, uno de los mejores embajadores que tiene la provincia en los ámbitos nacional e internacional. Es extensa la lista de jugadores que prestigian los campos de juego. Esta no se agota con los profesionales ya citados. Pero el golf tiene otras facetas, casi tan relevantes como las anteriormente descriptas.
De hecho, el golf es solidaridad. Y ello queda demostrado en encuentros como los que se organizaron en los últimos días en Yerba Buena, de la mano de “Pigu” Romero y “Cuchu” Núñez. Se trata de citas cuyas recaudaciones se destinan a ayudar a fundaciones y/o entidades de bien público.
El golf es también una genuina fuente laboral para muchos habitantes de las cercanías de las canchas, quienes, al tiempo de obtener un ingreso, pueden visualizar la posibilidad de crecer en el deporte, a partir de su práctica. Muchos de aquellos golfistas que hoy son dignos de admiración, tienen un origen humilde. Fue el deporte el que les abrió la puerta a un mundo de desarrollo, lógicamente apuntalados por un talento innato.
En suma, el golf es hoy un motivo de orgullo para el deporte tucumano. En buena hora que así se haya dado. Y sería todavía mucho mejor que otros deportes puedan seguir el mismo camino.